Colombia quiere dar el golpe en uno de los deportes más atractivos y emocionantes que se verán en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe ‘Barranquilla 2018’: el balonmano.
El ‘handball’ (como se le conoce en inglés), que se disputará en las instalaciones del colegio Sagrado Corazón, es una de las disciplinas colectivas en la que nuestro país aspira al oro, a pesar de tener en frente a potencias de la zona como Cuba, México, República Dominicana y Puerto rico.
El balonmano en Colombia es un deporte que ha ido creciendo desde hace ocho años, cuando se estableció una federación oficial. Hoy se cuenta con nueve ligas afiliadas, una de ellas la del Atlántico.
Antioquia es el departamento que más ha aportado al crecimiento de esta disciplina deportiva, que es muy parecida al fútbol o al fútbol de salón, con la salvedad de que solo se utilizan las manos (a excepción del arquero que puede usar los pies).
¿Cómo nace?
Para establecer los orígenes del balonmano, los investigadores tratan de buscar similitudes y puntos de contacto con juegos propios de los griegos y los romanos.
En la antigua Grecia existió el ‘juego de urania’, en el que se usaba un balón de medidas parecido a una manzana, que debía ser sostenido en el aire. Dos de los protagonistas o atletas lanzaban la pelota al aire en dirección a las nubes y la cogían saltando, antes de que sus pies volvieran a pisar el suelo. Posteriormente, entre los romanos practicaron un deporte denominado ‘harpastum’, una modalidad que se realizaba con una pelota y con las manos. Mucho más adelante, ya en la Edad Media, nace el ‘juego de la pelota’, que consistía en atrapar el balón en vuelo de una forma parecida a como se lo pasan ahora los jugadores de balonmano.
En 1926 se estableció el Reglamento Internacional de Balonmano, mientras que en 1928 se fundó la Federación Internacional Amateur de Balonmano por once países durante los IX Juegos Olímpicos de Verano. Este organismo más tarde se convirtió en la actual Federación Internacional de Balonmano (IHF).
Inicialmente se jugó con equipos de once jugadores, en campos de fútbol, para posteriormente sufrir modificaciones: se pasó de once a siete deportistas por conjunto y se practicó en interiores, para combatir el frío del norte de Europa. Estos cambios hicieron del balonmano un deporte más rápido y más vistoso y ayudó a que se empezara a practicar con más asiduidad en el resto del mundo.
Las potencias
Francia, actual campeón del mundo, Alemania, España, Dinamarca, Croacia y Groenlandia son los países que ‘mandan la parada’ en este emocionante deporte. El continente americano se ha ido, de a poco, ‘metiendo en el cuento’, intentando abrirse campo entre las potencias, sin poder aún lograr equipararse a estos ‘titanes’.
Cuba, rey de los Panamericanos, Argentina, Brasil, Estados Unidos y últimamente México se han encargado de luchar para sacar adelante nuestro continente. Colombia, por su parte, de a poco ha ido escalando posiciones, ubicándose, por ejemplo, noveno en el último Panamericano, un nivel muchísimo más exigente al que veremos en las justas centroamericanas en La Arenosa.
Como deporte olímpico, el balonmano debutó en el torneo de Berlín 1936 (solo en la rama masculina), donde el anfitrión ganó su único oro. La disciplina no volvió a disputarse en olimpiadas hasta Múnich 1972, cuando se cambió la configuración para su actual forma de desarrollo en salón o estadio cerrado.
La rama femenina se apuntó en el programa olímpico en Montreal 1976 y desde entonces se ha convertido en uno de los deportes más seguidos de los Juegos.
¿Cómo llega Colombia?
'La rama masculina tiene una opción importante de pelear por el oro en las justas deportivas Barranquilla-2018. En el equipo, dirigido por Fernando González y Santiago Díaz, se destacan los jugadores Santiago Mosquera, Sebastián Restrepo y el pivote Carlos Álvarez. Este conjunto está integrado por 15 jugadores, todos de representantes de las Ligas de Antioquia y el Valle. Vienen de hacer un buen papel en los Panamericanos', cuenta Francisco Cañón, gerente de campeonato de Balonmano en los Juegos Centroamericanos.
'El equipo femenino, por su parte, apenas comienza un proceso. Para estas justas presentará una delegación joven, que apenas está saliendo a competencias internacionales. Las jugadoras más destacadas son Susana Estrada, que es la más experimentada en torneos fuera del país, y Silvia Fabily Córdoba. Al igual que los hombres, esta delegación de 15 mujeres está compuesta por representantes de Antioquia y el Valle', concluye.