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La taekwondista colombiana Andrea Ramírez sentía que tenía una deuda con su país. Una espina dolorosa que le molestaba desde los pasados Bolivarianos en Santa Marta donde se le escapó la medalla de oro luego de perder sorpresivamente 17-16 ante la venezolana Virginia Dallen. La luchadora boyacense quería sí o sí coronarse en su país y lo hizo por todo lo alto luego de conseguir la presea dorada en los 46 kilogramos de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018 tras superar 30-16 a la mexicana Brenda Costa Rica, en título disputado en la lona del colegio Marymount.

Desde el primer asalto la luchadora colombiana, número uno del mundo, impuso condiciones y con una serie de golpes al abdomen y cabeza de su rival logró sacar una distancia de 8 puntos a cero. Su nivel de confianza estaba alto y eso correspondía a que en las semifinales había superado sin problemas a Virginia Dallen, su enemiga de las justas de 2017 en Santa Marta. 

Andrea Ramírez, quien contó con un masivo apoyo en las graderías, manejó el último asalto con experiencia ante la desesperación de su rival que lanzaba patadas sin puntería.

'Tuve una preparación muy dura. Me esforcé mucho para poder lograr esta medalla. La medalla tiene un significado especial para mí porque pude superar la venezolana (en semifinales) con la que perdí en los Bolivarianos. ', expresó visiblemente emocionada Ramírez, al final del combate.

'Cuando me enfrenté a la venezolana le gané por muchos puntos (29-18) y eso me llenó de mucha más tranquilidad para la final', expresó.

Andrea Ramírez sigue construyendo su camino de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.