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Mercedes Pérez Tigrero vive su deporte con el alma. Grita antes de salir al maderamen. Su mirada se centra en la barra y en las pesas. No deja de observarlas. Se le acerca y expresa con ahínco:'Vamos Mencho'.

'Cuando salgo pienso en mi abuela Chavela y ese grito de ‘Mencho’ es en honor a ella. También lanzo una frase que es con el alma. Esa es porque mi deporte lo vivo así, con el alma. Lo hago todo con el corazón y con todos los músculos de mi cuerpo', expresa la pesista samaria de 30 años.

Este lunes, en su primera prueba no logró el oro en el arranque, pero su medalla de plata tuvo el mismo sabor que una dorada. 'Fue la segunda vez que logro los 107 kilogramos en el arranque. He venido, durante unos seis años, luchando por esa marca y hoy (ayer) lo he conseguido. Sin duda que también tomo esta de plata como una de oro y, además, sé que el primer lugar se lo llevó mi compañera Mari Leivis. La di toda y la luché', agregó.

En el envión las cosas mejoraron para la samaria, quien se convierte 'en una leona' cuando está en acción.

En el primer intento dominó a placer los 127 kilogramos, pero en el segundo los jueces, por errores técnicos, le invalidaron los 129 kilogramos que había levantado. Así que todo quedó para el final y la definición por la medalla de oro se puso candente cuando la mexicana Ana Torres levantó 129. Pérez pidió un kilo más, se dio ánimo y encendió el júbilo entre los asistentes al realizar el movimiento válido.