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Deportistas que gocen de una vida cómoda después de salir de aprietos económicos existen por montón en todo el mundo, pero cuántos pueden contar que a pesar de completar seis años en una selección nacional aún deben sortear las dificultades de una cotidianidad sujeta a sobrevivir con 2 dólares diarios.  

EL HERALDO conoció la loable historia de Aristides Honorio Blanc Sepúlveda, de 24 años, lavador de carros y jugador de la selección República Dominicana de hockey sobre césped, la cual disputa los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.

Aristides siempre que sale al campo se muestra brioso, quizá porque su condición de suplente le exige dejar el alma en cada fracción de juego que le concede su entrenador. Así lo hizo durante la mañana de ayer, cuando participó en el triunfo de Dominicana por 3-1 sobre Guatemala, en la Unidad Deportiva Carlos Valderrama.

Aquello del sacrificio no es nuevo para Blanc, que desde hace siete años tiene su vida dividida entre familia, hockey y su oficio como lavador de autos.

'La verdad es que no es nada fácil. Mis días comienzan a las 7 de la mañana y cuando son las 6 de la tarde aún no terminan, porque es cuando apenas empieza el momento de irme a entrenar', expresó Aristides Blanc, de 24 años, oriundo de Santo Domingo.

Blanc se crió en el barrio Los Cocos, sector que como él mismo lo describe estuvo azotado por la delincuencia, algo similar a sectores deprimidos en Barranquilla bien sea de las localidades suroriente o suroccidente.

'Afortunadamente ahora está bien, porque antes era un poco calentón. Las autoridades han hecho lo necesario para poner las cosas en orden', continuó el dominicano.

En ese entorno 'calentón' fue donde Blanc conoció su primer bastón. 'En el 2008 tenía una noviecita. Ella convivía con su hermana, esta chamaquita salía con un loco que era entrenador de hockey, lo recuerdo bien porque siempre le decía: ‘si este loco viene con sus cosas de palo, a darme un palo, soy yo quien le da su palazo’, pero bueno, después de un tiempo me convenció y terminé metido en la loquera esta'.

Blanc pasó por varios clubes hasta ser convocado a la selección nacional en 2012. 'En ese entonces ya lavaba carros en un taller', recalcó.

Arístides nunca ha dejado su oficio porque lo que recibe por representar a su nación son 4.000 pesos dominicanos mensuales, es decir unos 90 dólares al mes, lo que también se traduce en cerca de 270.000 pesos colombianos cada 30 días, casi un tercio del salario mínimo legal vigente en nuestro país.

'Lavando carros tengo días buenos en los que me hago 15 dólares diarios, pero también están los turnos malos en los que me hago si acaso 2 dólares. En ocasiones puedo pasar todo un día sin lavar nada hasta entrada las 5 o 6 de la tarde cuando por fin sale algo', resaltó Blanc.

Pero más allá de todo esto, lo digno de admirar en este jugador es la forma en la que se expresa sobre su seleccionado. 'Lavando carros sostengo a mis dos hijitos (2 y 3 años), y eso me hace sentir orgulloso, lo mismo que me pasa cuando me pongo el uniforme de mi país'.

Los de Barranquilla, son los segundos Juegos Centroamericanos en los que participa Blanc, que actuó en Veracruz 2014. 'También competí en una liga mundial en 2014, en la que nos situamos quintos'.

Aristides, quien puede jugar como volante o delantero, sostiene que su vida puede ser reflejo de lo que es dentro del campo. 'Yo lo tengo claro, seguro no soy el mejor de la selección, pero no soy de los peores. Lo cierto es que mi entrega es total, siempre que salga a jugar daré lo mejor de mí', finalizó.

La historia de Blanc es semejante a la de otros compañeros en su seleccionado, quienes además del hockey deben dedicarse a laborar como conductores de buses, maestros de obra o en fábricas, pues al parecer de bastón y pelota no pueden vivir.