Nairo Quintana, que había advertido que iba a luchar 'como un león' en la decisiva decimoséptima etapa del Tour de Francia, se impuso ayer en Saint Lary Soulan, ascendiendo de la octava a la quinta plaza en la general, en una jornada que salvó el líder Geraint Thomas y en la que naufragó Chris Froome.
'Es un día que había preparado, que tenía marcado y me ha salido muy bien, como esperaba. Lamentablemente, días atrás no había tenido buenas sensaciones, no había tenido bien el cuerpo y las pérdidas de tiempo habían sido bastante malas para mí', señaló Quintana en la meta.
Además de Quintana, el otro gran ganador de esta etapa reina, de apenas 65 km y con tres puertos casi seguidos, fue el galés Geraint Thomas, que entró en tercera posición, a 47 segundos del colombiano, y consolidó su maillot amarillo, mientras que el perdedor fue su compañero en el Sky, Chris Froome, descolgado en el último puerto y que ve alejarse un quinto título en el Tour.
Me sentía bien, incluso he acortado tiempo al final', dijo el galés Thomas, que prefiere no cantar victoria.
'En el Tour, todo puede pasar. Hay que ir día a día', dijo con cautela.
Detrás de Nairo, entró en segunda posición el irlandés Daniel Martin, a 28 segundos, delante de Thomas, mientras que Froome llegó octavo en la meta, a 1 minuto y 35 segundos de Quintana, y perdió una plaza en la general, pasando a la tercera posición.
El holandés Tom Dumoulin sacó 43 segundos al británico, y es ahora segundo en la general, a 1:59 de Thomas.
Froome queda tercero, a 2:31, delante del esloveno Primoz Roglic (a 2:47) y de Quintana, quinto a 3:30, en espera de la última etapa pirenaica, el viernes, y de la contrarreloj individual, el sábado, la gran baza de Dumoulin.
'G (el apodo de Geraint Thomas) merece seguir con el maillot amarillo. Espero que lo guarde hasta el final', declaró Froome en una especie de capitulación.
'Voy a continuar peleando hasta el final para el equipo y para Geraint', añadió el cuádruple ganador del Tour.
Quintana había advertido antes de la salida que atacaría y afirma que lo seguirá haciendo.
'Tengo buen cuerpo para lo que queda de Tour. Seguimos creyendo, necesitamos hacer la carrera rápida y difícil en los días que quedan. La semana tercera nos ha venido bien y esperamos seguir luchando', añadió en la meta.
El colombiano de 28 años atacó al inicio del ascenso del último de los tres puertos en esta condensada etapa de montaña, el Col du Portet, en Saint Lary, de categoría especial, un subida de 16 km, con un 8,7 por ciento de pendiente y a 2.215 metros de altitud.