Colombia cosechó su segunda medalla de oro en el karate de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018. Carlos Alberto Sinisterra se impuso en el tatami del coliseo del colegio Marymount sobre el venezolano Freddy Valera en la división -84 kilogramos.
La pelea estuvo pareja de principio a fin, de hecho, el marcador así lo sustentó, un 1-0 en el que se hizo justicia por la combatividad de Sinisterra, quien siempre buscó atacar.
'Es una alegría inmensa. Ganar un oro siempre será motivo de orgullo, más si lo haces como local. Agradecimiento total a Barranquilla por la forma en la que nos han recibido y el apoyo brindado', dijo ‘el Siniestro’, como le dicen sus compañeros para hacer juego con el nombre y resaltar la furia exhibida en sus combates, los cuales siempre están cargados de destellos de energía como gritos y golpes contundentes.
Campeón invicto. Carlos Alberto Sinisterra, de 25 años y oriundo de Tuluá, debutó con victoria luego de superar por 2-0 al guatemalteco Brandon Ramírez. Pleito resuelto desde temprano por el pegador local, que solo tuvo que darle manejo a los últimos segundos del enfrentamiento.
En el segundo choque de la fase de todos contra todos, ‘el Siniestro’ midió fuerzas con el nicaragüense Melvin Oporta, a quien doblegó con un cerrado 3-2. El tulueño estuvo abajo por 2-1, pero sobre el final remontó el tanteador.
El tiquete a semifinales lo selló una vez más en pleito parejo. Carlos Alberto dejó en el camino al dominicano Jorge Pérez por score de 1-0. 'Este era un rival muy duro, un doble campeón panamericano al que no podía salir a buscar apresuradamente, lo estudié, lo ataqué en el instante justo y lo derroté', explicó el colombiano.
Y si hasta aquí la mayoría habían sido duelos reñidos para Sinisterra, el de semis lo fue aún más, porque firmó un 3-3 con el salvadoreño Jorge Meriño que obligó a la resolución de los jueces, quienes valoraron la iniciativa del anfitrión para darlo ganador.
En la finalísima nuevamente primó la estrategia. ‘El Siniestro’ tuvo medido al venezolano Freddy Valera para atacarlo con un yuko (golpe de puño) cuando faltaban pocos segundos para la culminación de la pelea. 'La movida fue precisa, le entré por abajo y por fortuna después supe manejar la diferencia', comentó.