El colombiano Nairo Quintana, líder del equipo Movistar, achacó a las heridas que sufrió en la caída que había tenido el jueves en el Tour de Francia su pérdida de tiempo en la última etapa de montaña, este viernes, que le hizo bajar de la quinta a la novena plaza en la general.
'La caída me ha hecho mucho daño, me dolía todo, sobre todo la cadera, no podía casi ni pararme en los pedales. Pero he seguido luchando e intentando perder el mínimo tiempo', afirmó Quintana.
El colombiano, que se cayó en la decimoctava etapa, sufrió heridas en el hombro, codo, pierna y tobillo izquierdos y un dedo de la mano derecha, aunque sin lesión ósea, había confirmado el médico del equipo.
'Fue una etapa muy dura, con unos y otros que atacaban. Hemos pasado un día duro', añadió el ciclista del Movistar
'Tengo bastante inflamación y eso hace que el cuerpo se resienta', añadió.
Quintana quedó descolgado en el inicio de la subida al Aubisque, el último puerto de la jornada, tras un ataque del esloveno Primoz Roglic (Lotto), que ganaría la etapa y arrebataría la tercera plaza en la general a Chris Froome (Sky), y del holandés Tom Dumoulin (Sunweb), segundo de la prueba, a poco más de 30 km de la meta.
Descolgado en el Aubisque
El colombiano entró en el puesto 19 de la etapa, a 7:09 de Roglic y descendió de la quinta a novena posición en la general, a 10:26 de Thomas.
Con Quintana lastimado, su compañero Mikel Landa lanzó un ataque en el ascenso al Tourmalet, a unos 96 km de la meta, y sería alcanzado en la cima del Aubisque, el último puerto de la jornada.
'Teníamos a Landa adelante. Era la estrategia de carrera, ya fuera él o yo, uno de los dos iba a ir por delante en el Tourmalet', explicó Quintana.
Landa entró en la meta, en el grupo de otros favoritos, en séptima posición, a 19 segundos de Roglic y subió en la general de la séptima a la sexta plaza, a 4:40.
A Nairo, que fue duodécimo el año pasado en la general, tendrá difícil mejorar ese noveno puesto en la general cuando solo queda la contrarreloj individual del sábado, de 31 km, que no es su especialidad.
'El sábado la contrarreloj es un gran test. A ver cómo aparece el cuerpo y las inflamaciones', concluyó.