El Barranquilla FC continúa siendo una buena despensa para Junior. Desde el nacimiento del equipo de la primera B, con el objetivo de convertirse 'en una fábrica de jugadores de exportación', como manifestó en el génesis de este proyecto su principal creador e impulsor, Arturo Char Chaljub, se ha convertido en surtidor constante de jugadores para el cuadro rojiblanco. Unos con más fortuna, trascendencia y resonancia que otros.
Ya son 42 futbolistas, la mayoría oriundos de la región Caribe, que han pasado del ‘Quilla’ al ‘Tiburón’ en 13 años de historia. Desde el 2005, año en que la divisa se abrió espacio en el torneo de ascenso, hasta estos días, algunos pasaron desapercibidos, unos anduvieron en medio de altibajos, algunos brillaron y luego se apagaron y otros la rompieron, trascendieron internacionalmente y todavía siguen dando de qué hablar como Guillermo Celis, Teófilo Gutiérrez y Carlos Bacca.
Sin la existencia de esta escuadra, dos delanteros talentosos como Teo y Bacca quizá no habrían podido desfilar por las canchas del mundo y codearse con la élite del fútbol como lo han logrado a lo largo de sus exitosas carreras.
'El Barranquilla FC fue ese brazo que Dios le dio a Teo para que se apoyara y llegara al profesionalismo. Fue un soporte fundamental, ahí ganó experiencia con los viajes, el roce con rivales de mayor fortaleza física. Jugar ahí fue como un grado antes de llegar a Junior', considera Teófilo Gutiérrez padre.
'Gracias al Barranquilla pude mostrarme y hacer méritos para llegar a Junior', ha dicho Bacca en varias oportunidades.
El goleador porteño y el delantero de La Chinita son las banderas de este proceso que ha tenido errores y virtudes, incoherencias y aciertos a lo largo de su desarrollo, pero que hoy en día luce más consolidado y direccionado.