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El serbio Novak Djokovic había cumplido con su parte del trato: había ganado al portugués Joao Sousa y esperaba en cuartos del US Open por Roger Federer pero el suizo no hizo los deberes sino las maletas al caer contra todo pronóstico frente al australiano John Millman, firmando una de las mayores decepciones recientes de su carrera.

Porque el encuentro lo perdió él, porque fue en octavos del último Grand Slam de la temporada y porque nadie podía imaginar que el encuentro acabaría 3-6, 7-5, 7-6 (9/7), 7-6 (7/3) a favor del oceánico.

'Es uno de mis héroes, uno de los jugadores con los que hablo en el vestuario. Me sentí un poco culpable hoy, soy muy consciente de que hoy no tuvo un buen día y posiblemente para ganarle necesitaba que tuviera un mal día y yo un buen día', aseguró en conferencia de prensa el oceánico.

Un cinco veces ganador del Abierto de Estados Unidos y segunda raqueta del mundo ante el 55º de la ATP en el partido más importante de su carrera. Un balance de 44-0 frente a jugadores de fuera del Top-50 en la competición contra lo que parecía un mero trámite.

Ganó la sorpresa. Porque en esta historia de David contra Goliat, David también salió victorioso.

El extenuante calor de Nueva York, donde se rozaron los 30ºC a medianoche con una humedad cercana al 80%, pasaron factura al suizo, que incluso requirió un ventilador a mitad del partido.

'Tuve muchas dificultades con la humedad. El calor ya lo conocemos pero la humedad es muy peligrosa sobre todo en la pista central. No hay aire que entre en el estadio y es muy difícil respirar así. Ya lo hemos visto otros días con otros jugadores. Aún así he podido luchar, he tenido opciones (...) No es una cuestión de edad', señaló el suizo.

Pero las altas temperaturas no fueron el único motivo de un tropiezo con tintes históricos. Un servicio errático, demasiadas dejadas cortas y estériles y un juego irregular desde el fondo de la pista explican, solo en parte, la hecatombe helvética.

77 errores no forzados, un 49% de acierto con su primer saque, 10 dobles faltas y dos puntos de set desperdiciados en la segunda manga y otro en la tercera ayudan a completar el panorama.

Y es que aunque Federer se impuso 6-3 al principio, estaba claro que algo no iba bien, como se acabó demostrando con una remontada épica con dos desempates dispares.

Pero no solo el suizo no estuvo a su nivel habitual. Millman selló el mejor choque de una carrera que, hasta este lunes, carecía de un gran resultado.

Sin embargo, ganar a una leyenda en la Arthur Ashe lo situará ya en un rincón importante de la historia del campeonato.

El australiano nunca bajó los brazos, ni cuando estuvo a punto de perder el segundo y el tercer set ni, tampoco, en el 'tie break' del cuarto. Se levantó en todas y cada una de las situaciones adversas que vivió hasta que levantó los brazos al cielo en señal de victoria tras más de tres horas y media de batalla.

'Aún no soy consciente, tengo tanto respeto por Roger (Federer) y por todo lo que ha hecho por este deporte... Es uno de mis héroes, no estaba a su mejor nivel pero me vale', declaró feliz e incrédulo a partes iguales.

Djokovic cumplió con su parte

Antes, Djokovic, asfixiado por el calor de Flushing Meadows, había hecho su parte al derrotar al luso Joao Sousa por 6-3, 6-4, 6-3 para avanzar a cuartos por la vía rápida.

El balcánico tuvo que abandonar la pista en dos ocasiones, necesitando atención médica, visiblemente afectado por las duras condiciones climatológicas pero logró sobreponerse e impuso su mayor nivel tenístico para deleite de los aficionados.

'Muy contento de haber ganado en tres sets. Ha sido mucho más difícil de lo que muestra el marcador. Las condiciones han sido muy difíciles, sobre todo en la primera hora u hora y media debido al calor y a la humedad', comentó tras el choque.

Otra gesta

Mientras, en la rama femenina, la española Carla Suárez (N.30) dio cuenta el día de su 30 cumpleaños de la rusa Maria Sharapova (N.22) en el primer choque del turno nocturno en la pista central.

Suárez ya sabía lo que era avanzar como 'outsider' luego de eliminar a la francesa Caroline Garcia, sexta sembrada, en la anterior instancia, pero este lunes igualó su mejor resultado en el US Open al batir por un 6-4, 6-3 a Sharapova, que venía desplegando un gran tenis luego de haber sido sancionada durante 15 meses entre 2016 y 2017 por dopaje.

A Suárez no le pesaron las luces. Ni el récord de 22-0 de su oponente por la noche en la Arthur Ashe. La rusa no tuvo su día y la española se lo hizo pagar. Sin piedad y en una hora y media, los 38 errores no forzados de Sharapova, unidos a ocho dobles faltas y solo 15 'winners', fueron una losa irremontable.