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Contra todo pronóstico en un juego reñido que se extendió a 10 entradas, digno de una final, México dio la sorpresa en el estadio Édgar Rentería y se quedó con el título del Mundial de Béisbol sub-23 al vencer 2-1 a Japón, delegación que llegó a Barranquilla con el rótulo de favorito y como los actuales monarcas.

Un gran duelo de abridores se vivió en todo el juego que estuvo silenciado durante las nueve entradas y solo hasta el décimo hubo movimiento en la pizarra. Carlos Morales, quien subió primero por los manitos a la lomita de los suspiros, mantuvo el cero en una labor de ocho entradas. Solo le conectaron un hit y ponchó a seis bateadores. En el lado asiático Hiroki Kondo, en igual número de innings, fue castigado con siete imparables, concedió una base por bola y recetó siete ponches.