Santiago Solari, nuevo técnico provisional del poderoso Real Madrid, dejó huellas en Barranquilla. El exjugador y hoy entrenador argentino, de 43 años, tuvo tres pasos fugaces por La Arenosa, una tierra que acogió con los brazos abiertos a su padre, Eduardo Solari, y a su tío, Jorge ‘El Indio’ Solari, ambos referentes en la historia del Junior.
‘El Indiecito’, como fue apodado —por su tío, ‘el Indio’— en su etapa como jugador de River Plate, Atlético de Madrid, Real Madrid, Inter de Milán, entre otros clubes, estuvo por primera vez en esta calurosa y acogedora ciudad en el año de 1977, a la edad de un año, cuando su padre hizo parte de la nómina que le regaló la primera estrella al Junior en el fútbol profesional colombiano.
Ese primer paso fue corto, para luego regresar a los 7 años, en 1983, cuando su padre, Eduardo, regresó al Junior como preparador físico, en un cuerpo técnico que lideraba su hermano, el ‘Indio’ Solari. Fue ese año cuando realmente el hoy entrenador del Real Madrid comenzó a dejar huellas en Barranquilla, a disfrutar de la ciudad, a hacer amistades, junto a sus otros dos hermanos, Martín y Esteban.
Ese año, nació en la clínica La Asunción de Barranquilla Liz Solari, uno de los dos hijos barranquilleros que tiene Eduardo Solari. Liz es hoy una reconocida ‘top model’ argentina, con sangre currambera, que también dio sus primeros pasos en la ‘Puerta de Oro’ de Colombia.
'Ellos eran unos niños muy unidos, muy cariñosos, y andaban metidos en el fútbol. Siempre se uniformaban con la camiseta del Junior, iban al estadio y salían en la foto del equipo. Era una familia muy bonita. Yo conseguí meterlos al colegio Sagrado Corazón. Mis hijos estudiaban allá y les recomendé esa institución', cuenta el médico Iván Chalela, quien se convirtió en galeno del primer equipo rojiblanco ese año (1983) a petición del técnico Jorge ‘El Indio’ Solari.