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Julio Torres Roca, expresidente de la Federación Colombiana de Boxeo (Fecolbox) y hoy gerente de esa entidad, habló con EL HERALDO sobre la elección del polémico empresario uzbeko Gafur Rakhimov como presidente de la Federación Internacional de Boxeo (AIBA). El Departamento del Tesoro estadounidense señala a Rakhimov como 'un criminal' y le acusa de 'aportar respaldo material a los ladrones en la ley', un término utilizado para designar a la mafia resultante tras la desintegración de la Unión Soviética.

Por dichos señalamientos el Comité Olímpico Internacional (COI) amenazó con excluir este deporte de los Juegos de Tokio-2020 si este se imponía en la votación. 

Torres, considerado como el mejor dirigente del deporte de las narices chatas y quien se mantuvo en el cargo por 12 años, alcanzando el mejor registro en una cita olímpica con la presea de plata de Yuberjen Martínez y el bronce de Íngrit Valencia en Río-2016, considera que los problemas gubernamentales no deben entorpecer el desarrollo de la disciplina a nivel mundial. 

'La elección de Gafur fue una decisión soberana que tomaron todos los presidentes de la AIBA haciendo valer su voto de manera democrática. Si el señor Gafur tiene problemas, son problemas de él y no del boxeo olímpico. El deporte no puede salir perjudicado por problemas de gobernabilidad'.

El boxeo es en Colombia el tercer deporte que más medallas le ha brindado al país en los Olímpicos con un total de cinco, por debajo de la halterofilia con siete y el ciclismo, con seis. 

'El boxeo seguirá en los Juegos Olímpicos. Es una disciplina que lleva 114 años ininterrumpidos en esta cita. Es un deporte insignia en este certamen y no se va a tomar una decisión así. Sería una arbitrariedad perjudicar el sueño de cientos de deportistas de todos los países que llevan cuatro años preparándose. Debe estar garantizada su participación. No creo que el Comité Olímpico llegue hasta allá', agregó Torres quien inició su periodo como máximo dirigente de esta disciplina el 1 de enero de 2006 hasta el 31 de diciembre 2017, siendo reemplazado por su hijo Alberto Torres. 

El sábado, en el segundo día del Congreso de la AIBA en Moscú, Rakhimov recibió 86 votos de los 134 contabilizados, superando a su rival en estas elecciones, el exboxeador kazajo Serik Konakbayev. 

La ascensión de Rakhimov

La historia común entre Gafur Rakhimov y el boxeo viene de lejos: se remonta a la época soviética, cuando este hombre era un púgil ‘amateur’ que luego se hizo entrenador y luego mecenas de este deporte, popular en esta zona de Asia Central.

En 1993 comenzó un mandato de cinco años como vicepresidente de la Federación Uzbeka de Boxeo, antes de ocupar el mismo puesto, entre 2001 y 2012, en el Comité Olímpico Uzbeko. En ambos casos, este hombre era considerado como el auténtico patrón en la sombra de ambos organismos

Según explica él mismo, su mandato en el seno del comité olímpico de su país se vio interrumpido por un conflicto con la entonces influyente hija del expresidente del país, Islam Karimov, Gulnara Karimova.

La llegada al frente de la AIBA de Rakhimov fue posible por los graves problemas de gobernanza que asolaban la organización desde hacía tiempo. En noviembre de 2017, el taiwanés Wu Ching-kuo se vio obligado a dimitir tras haber sido suspendido por su propia federación, acusado de mala gestión financiera.

Según Gafur Rakhimov, son '40 millones de dólares en deudas' los que fueron descubiertos cuando él llegó al frente de la AIBA, en enero. Unas deudas que él ha conseguido rebajar en parte gracias a nuevos contratos de patrocinio, según explicó en la apertura del congreso de Moscú.

Las pérdidas en 2018, según el informe financiero, se elevan a 19 millones de dólares (16,5 millones de euros) y por lo tanto parece complicado que haya futuro sin la ayuda económica del COI. Pero con la elección de Rakhimov, no parece fácil que las aguas vuelvan a su cauce.