El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dijo este sábado en Buenos Aires que debe jugarse la final de la Copa Libertadores entre Boca y River en Madrid el 9 de diciembre tras ser suspendida en Buenos Aires por graves incidentes.
'La Conmebol va a tener que tomar una decisión. Mi convicción es que se tiene que jugar. La pelota no se puede parar', dijo Infantino en conferencia de prensa al margen del G-20, consultado sobre la postura de River, que este sábado ratificó su rechazo a que la superfinal se dispute en el estadio Bernabéu del Real Madrid.
'Hay unos idiotas que arruinan la fiesta, hay que encontrarlos y sacarlos', subrayó el dirigente sobre el ataque con piedras y palos al autobús que trasladaba al plantel de Boca al estadio Monumental de Buenos Aires.
La agresión obligó a suspender dos veces el fin de semana pasado la inédita final entre los archirrivales argentinos y esta semana la Conmebol lo reprogramó para el 9 de diciembre en Madrid, por primera vez fuera de Sudamérica desde que comenzó a disputarse la Copa Libertadores, en 1960.
Infantino, quien estuvo presente en el estadio Monumental cuando ocurrieron los incidentes, expresó su deseo de que este escándalo 'sea algo que marque un antes y un después para el fútbol'.
El jefe del organismo del fútbol mundial dijo que en este caso 'la Fifa no actúa, es una competencia de la Conmebol'.
'Hay que trabajar para saber quiénes son los responsables', señaló sobre los agresores. Ninguno de ellos ha sido detenido.