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En el fisicoculturismo, detrás de cuerpos tonificados y músculos desarrollados casi hasta el límite, hay sudor, lágrimas y hambre. Esta práctica sistemática de ejercicios físicos, gimnásticos y de pesas, oculta historias que se desenvuelven normalmente en un sitio 'para levantar hierro', pero que se extiende hasta la intimidad del hogar de quienes lo practican.

En Barranquilla el fisicoculturismo es un deporte que siempre ha tenido adeptos. En su momento, Miladis Rolong fue una de las representantes de la capital del Atlántico que más logros obtuvo a nivel nacional e internacional, un legado que otros jóvenes empezaron a seguir y que hasta al sol de hoy se mantiene vigente. Entre ellas está Karen Marino, una joven de 22 años que ya ha probado las mieles del triunfo en competencias fitness, un proceso que para ella ha estado lleno de éxitos, pero también de sacrificios, momentos dolorosos y entrenar fuertemente a tempranas horas del día sin la ingesta necesaria de proteínas (con la idea de tener su cuerpo lo más definido posible), toda una labor compleja para ir moldeando su figura.

'Uff, he tenido muchos sacrificios. Empecemos por la comida: ¿Te imaginas hacer dieta en diciembre? Ya lo viví. ¿Comer sin sal? Ya lo viví. ¿Deshidratarme? Ya lo viví. Comer sin hambre o comer y seguir con hambre. Dejar de compartir con mis amigos y familia. Tener mis comidas favoritas en frente y decir: no puedo. Hacer ejercicio sin fuerzas y despertarse a las 5 a.m. a saltar cuerda. Comer seis veces pechuga con pepino y sin sal (risas). Todo, absolutamente todo aquí, es un sacrificio. Pero vale muchísimo la pena. Cuando estás allí en la tarima presentando con orgullo tus sacrificios, sonriendo, disfrutando y posando, te preguntas: ¿cuándo es la próxima competencia?', cuenta con la cabeza en alto la orgullosa fisicoculturista.

Pero, además de las exigentes dietas y duras sesiones de entrenamiento, Karen Marino, al igual que la mayoría de fisicoculturistas, tiene que lidiar con las críticas de personas ajenas a la cultura fitness por el simple hecho de 'verle los músculos demasiado grandes'. La joven barranquillera asegura que son normales los comentarios de ese tipo, pero es clara en indicar que el tamaño de sus músculos no la hace menos femenina.

'En el fisicoculturismo nos dividen por categorías (tanto para los hombres como para las mujeres). Bikini, Wellness y Figure para mujeres. Men’s Physique y Bodybuilder para hombres. Lo que nos distingue entre las categorías de las mujeres es la definición y el volumen de los músculos. Por muy definidas que estén o por muy grandes que nos veamos, ser femeninas es parte obligatoria de nuestro deporte. Así es como debemos salir en nuestras presentaciones. Desde que soy fisicoculturista digo: los únicos que podemos ver con visión crítica el cuerpo, somos nosotros los atletas. Para los demás, los hombres se ven demasiado exagerados y las mujeres muy masculinas', dice la deportista.

Anabólicos. El tema de los esteroides –o ciclos como es conocido en este ámbito- es asunto espinoso. No es admitido en competencias de la Federación Internacional de Fisicoculturismo y Fitness (Ifbb, por sus siglas en inglés), y por ende en la Federación Colombiana de Fisicoculturismo y Fitness, pero su uso es muy común entre muchos de los exponentes de esta actividad muscular.

A nivel mundial se han presentado muchos casos de dopaje en este tipo de competencias. El año pasado, en Santurce, en la comunidad autónoma del País Vasco, en España, se tuvo que suspender un torneo porque los competidores se retiraron al saber que la agencia antidopaje de esa zona realizaría controles.

'Hay vida más allá del culturismo de dopaje. Se puede tener un cuerpo bonito sin anabolizantes', dice como consejo Julen Ramírez, un campeón español de físicoculturismo natural.

En ‘Curramba’ son pocos los que se atreven a hablar sobre el tema o a reconocer si en algunos momentos han usado fármacos para ayudarse.

'Yo me he inyectado y me he ‘ciclado’ para tratar de ayudar a mi crecimiento muscular, pero sé que lo debo hacer de forma controlada porque en exceso puede perjudicarte. Cada quien maneja su cuerpo como cree, pero lo importante es tener límites. Por otro lado, en mi caso, no he tenido problemas sexuales ni nada de ese tipo por usar fármacos', dijo un fisicoculturista barranquillero quien prefirió mantenerse anónimo.

Por su parte, Karen Marino manifestó que la decisión de ingerir anabólicos la respeta, pero no está del todo de acuerdo con este tipo de productos al 'considerarlos perjudiciales para la salud'.

'Es una decisión personal, cada quien decide hasta dónde llevar su cuerpo. Hay personas con una genética impresionante que prefieren no usar estos fármacos. Hay otras personas que para construir su mejor versión como atletas, acuden a los esteroides anabólicos androgénicos. Este es un deporte de alto rendimiento y para tener mejor nivel y potencializar los resultados, los atletas se ‘ciclan’. Aclaro, estas ayudas no hacen milagros, debes llevar un plan de alimentación estricto. Con o sin fármacos, el fisicoculturismo exige tu disciplina con la dieta y con el entrenamiento', dijo Marino.

'En temas nutricionales lo más recomendable es que los deportistas se adhieran a dietas sanas y, en la medida de lo posible, no usen productos sintéticos que alteren el normal ciclo hormonal de su cuerpo. En este caso los esteroides siempre han estado ligados a efectos secundarios en el cuerpo como la calvicie, acné y hasta pérdida del apetito sexual. Como nutricionista, recomiendo a los deportistas que sigan líneas más naturales y eviten este tipo de productos. Todo en exceso es dañino y en curso normal del crecimiento muscular es mejor evitar futuros daños por el uso de sustancias que hacen el proceso más rápido, pero que son dañinos para la salud', dijo Astrid Martínez, nutricionista barranquillera.