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Un capitán desposeído, una esposa y agente que llora por televisión, un técnico con fantasmas del pasado y una conspiración croata en el vestuario. La telenovela de Mauro Icardi en el Inter no parece tener fin mientras su equipo pelea por regresar a la Liga de Campeones.

Salvo que, después de dos meses, tiene que jugar sin su mejor atacante de los últimos años, el argentino de 26 años. El miércoles ante el Génova el Inter debe seguir defendiendo su tercer puesto, una plaza ‘frágil' debido a la pujanza de sus rivales.

Todo comenzó sin mucho bombo en enero, con una multa al argentino tras regresar tarde de vacaciones. Nada grave, a priori, pero estaba en plena negociación de la renovación de su contrato y la decisión del club enfadó al ‘clan Icardi’, en el que su esposa Wanda Nara es además su agente.

La tensión aumentó hasta que explotó el 13 de febrero con un comunicado de dos líneas del club lombardo, anunciando que el brazalete era retirado a Icardi y pasaba al arquero esloveno Samir Handanovic.

Desde que el culebrón comenzó, surgieron los rumores de una toma de poder de los croatas Ivan Perisic y Marcelo Brozovic en el vestuario, alimentado por un ‘me gusta’ de este último a un mensaje en Twitter en el que se anunciaba la retirada del brazalete a Icardi.d