Magic Johnson sorprendió el martes al renunciar a su puesto como presidente de operaciones de baloncesto de Los Angeles Lakers, la histórica franquicia de la NBA, actualmente en apuros.
'Hoy voy a renunciar como presidente', dijo Johnson a los periodistas en una conferencia de prensa improvisada.
La renuncia de Johnson se produce después de una temporada decepcionante en la que los Lakers, antaño poderosos, no pudieron clasificar a los playoffs por sexto año consecutivo.
Johnson había jugado un papel clave a la ahora de atraer al astro LeBron James a la franquicia californiana el año pasado.
La leyenda de los Lakers asumió la presidencia en 2017 para tratar de revertir la mala dirección de los 16 veces campeones de la NBA.
Sin embargo, y pese al fichaje de James, la breve mejora de los Lakers bajo el liderazgo de Johnson se estancó esta temporada cuando el astro se lesionó, provocando un desplome que dejó al equipo fuera de la contienda por los playoffs.
Johnson también sufrió críticas por el fichaje frustrado de la estrella de los New Orleans Pelicans, Anthony Davis; un intentop de canje que, según se informó, desestabilizó el vestuario de los Lakers.
Un emocional Johnson dijo a los periodistas el martes que renunciaba para preservar su amistad con la propietaria de los Lakers, Jeanie Buss, describiéndola como a una hermana.
El ex astro de los Lakers también reveló que se había cansado de las responsabilidades de su posición, y dijo que no había disfrutado del proceso de contratación y despido de personal.
'(Jeanie Buss) y yo tenemos una relación increíble', dijo Johnson. 'Ella me dio todo el poder para hacer lo que yo quería hacer, pero quiero preservar nuestra relación. Me divertí más cuando pude ser el hermano mayor y el embajador de todos. Me divertí más en el otro lado que en este lado', resumió Johnson.