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Apenas 17 segundos separaron en la línea de meta al Toyota N.8 del español Fernando Alonso, Kazuki Nakajima y Sébastien Buemi, ganadores este domingo de las 24 Horas de Le Mans por segunda vez consecutiva, del vehículo N.7 de Toyota, pilotado por el argentino José María 'Pechito' López, Kamui Kobayashi y Mike Conway, tras todo un día de duelo fratricida.

Un pinchazo a una hora de meta le costó la victoria a estos últimos, que habían salido desde la 'pole' y habían dominado la carrera casi desde el principio.

Este éxito también hace a Alonso y a sus compañeros el campeonato de pilotos del Mundial de Resistencia 2018-2019, luego de que Toyota asegurara el campeonato de constructores en la prueba anterior, disputada en mayo en Spa (Bélgica).

El último escalafón del podio lo ocuparon, a seis vueltas de los vencedores, el SMP Racing de los rusos Vitaly Petrov, Mijail Aleshin y del debutante belga Stoffel Vandoorne.

En ningún momento peligró el dominio aplastante en la categoría reina LMP1 de la escudería japonesa, equipada con un sistema de propulsión híbrido con recuperación de energía, mientras que sus oponentes cuentan con motos térmicos clásicos menos potentes.

Los Toyota abrieron hueco muy pronto y si bien la plaza de líder cambió de manos durante la noche por las intervenciones de los coches de seguridad, el vehículo N.7 parecía haber tomado una ventaja decisiva hasta las 14H00 del domingo (12H00 GMT).

Fue en ese momento cuando el trío argentino, japonés y británico sufrió el cruel pinchazo.

El Toyota N.7 todavía consiguió ponerse por delante algunos minutos durante una parada del N.8, pero un último paso por 'boxes' para repostar dejó las posiciones como el orden de llegada final.

'No es mi última vuelta en Le Mans'

'No es justo para el coche N.7. Puedo imaginar lo que sienten luego de nuestra última vuelta en 2016. Debe ser terrible', reconoció deportivamente el suizo Buemi.

En 2016, su compañero Nakajima se vio frenado en su Toyota N.5 en la parte derecha de los 'boxes' al inicio de la última vuelta, cuando marchaba en cabeza. El coche completó esa última vuelta pero en un tiempo insuficiente y fue finalmente descalificado.

'Yo no diría que es una revancha porque esto afecta a compañeros de equipo. Cuando se corre como piloto de carreras, se corre siempre para ganar. Por tanto, hice todo lo que pude para conseguirla, pero no estaba sonriendo (al cruzar la meta), eso es seguro', dijo Nakajima.

Para Alonso, esta victoria y este título mundial son un bonito adiós al circuito de Sarthe en el cual el doble campeón del mundo de Fórmula 1 no correrá la próxima temporada para centrarse en otros desafíos, como una posible participación en la edición 2020 del Rally Dakar, aunque no lo ha confirmado todavía.

Sin embargo, aseguró que en ningún caso se trataba de un adiós.

'No es mi última vuelta en Le Mans. Volveré en el futuro, quizás con un Hypercar u otra cosa', indicó luego de su último relevo en el micro de la radio del circuito.

Los Hypercars son una nueva categoría que se introducirá en 2021.