A días de competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016, la rodilla izquierda del colombiano Francisco Mosquera cedió. Pagó su penitencia y ahora, con el oro panamericano sobre el cuello, este devoto de Dios quiere tocar el cielo en Tokio-2020.
'¡Vamos, Pachito!', le gritaban este sábado sus compañeros en la delegación de halterofilia de Colombia desde las gradas del Coliseo Mariscal Cáceres.
Mosquera respondió. Alzó 302 kilos (132 en el arranque y 170 en el envión) para ganar el título panamericano de la categoría de 61 kg en Lima-2019.
Cal en las manos, grito de guerra antes de asumir cada turno y objetivo cumplido con abrumadura superioridad: la última escala del ciclo olímpico rumbo a Tokio-2020 fue un éxito absoluto para el atleta de 27 años.
De rodillas, levantando los brazos, celebró su victoria bajo una salva de aplausos.
'El pasado fue; el presente es hoy, lo que estoy viviendo; y el futuro no sé cómo será; pero a Dios la honra y la gloria y que sea él quien me lleve', soltó Mosquera, con su medalla de oro al cuello, luego del triunfo panamericano.
Hombre de fe, el levantador de pesas ora para evitar un momento tan duro como el vivido el 26 de julio de 2016, cuando un tendón de su rodilla se rompió durante un entrenamiento a diez días de la inauguración de los Juegos Olímpicos.
'Fue un día triste, muy duro, pero él es fuerte y supo salir adelante', comentó a la AFP Leidy Solis, compañera suya en la selección colombiana en aquel momento y en la actualidad, y doble campeona panamericana (Río de Janeiro-2007 y Toronto-2015).
Solis resaltó a la vez el gusto de Mosquera por el baile y una alegría que, a pesar del horror de 2016, nunca perdió: 'Siempre sonríe... Y baila de todo'.
'Es un guerrero', agregó a su vez Camila Lobo, otra de sus colegas.
Dignos herederos
Mosquera, Solis y Lobo son tres de los herederos de María Isabel Urrutia, quien al ganar medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sidney-2000 abrió una era de gloria de los levantadores de pesas de Colombia.
'Pacho' fue acompañado este sábado en el podio de Lima-2019 por su compatriota Jhon Jairo Serna, con marca de 297 kilos, y el mexicano Antonio Vásquez, con 286.
'Son los más fuertes a nivel mundial, con marcas muy respetables', se rindió Vásquez.
Y entonces Mosquera se permite pecar de ambición.
'¿Quién no quiere un récord mundial?', preguntó con una sonrisa.
Ya con el oro panamericano garantizado, en un último intento, el colombiano buscó una plusmarca de 175 kilos en el envión, aunque no pudo conseguirla.
Tal vez el momento se le presente, bailando, en Tokio-2020. No obstante, antes de los Juegos Olímpicos, Mosquera tiene un reto más: revalidar en el campeonato mundial de halterofilia, del 1 al 10 de noviembre en Asgabaht (Turmekistán), el título obtenido en Anaheim (Estados Unidos) en 2017.