Compartir:

Este año el ciclismo colombiano tocó el cielo con Egan Bernal, el primer latinoamericano en ganar el Tour de Francia, mientras en la cuna de los ‘escarabajos’ se expandía una mancha, la del dopaje.

La Agencia Francesa de Prensa (AFP) recabó, al respecto, los testimonios de una doctora que por años estuvo vinculada con las escuadras, un ciclista retirado, un preparador físico, un entrenador activo y un periodista que investigó el tema. 

Todos los consultados coinciden en que la trampa es casi prerrequisito para ser competitivo en el calendario local. La Unión Ciclista Internacional (UCI) ubica a Colombia como el segundo país con más pedalistas suspendidos o sancionados por dopaje: 20 casos, solo uno por detrás de Costa Rica. 

El escándalo se llevó por delante este año a Manzana Postobón, el único equipo profesional continental de origen colombiano, que perdió el patrocinio.

Y los ecos resuenan justo cuando Bernal alcanzó la cima y los ‘escarabajos’ buscan redondear la hazaña en la Vuelta a España.

'Pichicata'

Existe una palabra que es muy conocida en el pelotón colombiano pero que fuera es tabú: 'la pichicata'. 

Así le dicen los ciclistas al dopaje, cuenta uno de ellos que corrió en equipos profesionales de ruta y montaña entre 2008 y 2010 y que habló bajo reserva.

En las carreras -relata- vio en el suelo empaques de sustancias dopantes: 'Era frustrante porque sentía que la carrera no había comenzado y yo ya estaba perdiendo'. En 2010 se retiró decepcionado.

Este medio verificó la existencia de una página que, a través de redes sociales, vende sustancias prohibidas por la UCI y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), y que son legales en Colombia. 

Según el exciclista, en las filas nadie censura la trampa. 'En el lote nadie le va a decir tramposo (...), todos saben que les puede pasar en cualquier momento'.

Encubrimiento

Una doctora que trabajó con un equipo colombiano entre finales de los años ochenta y mediados de los noventa es categórica: 'El ‘doping’ ha existido toda la vida en el ciclismo colombiano' y, afirma, la federación local se ha encargado de 'taparlo'.

La especialista, que exige la reserva porque todavía atiende a atletas, asegura haberse enfrentado a entrenadores y deportistas. A estos últimos les advertía: 'Cuando usted se retire va a ver las consecuencias de su dopaje: le puede dar cáncer, atrofia testicular, puede quedar estéril'.

Y la práctica persiste, según un preparador físico de ciclistas profesionales en actividad. 'Hay muchos casos de ciclistas dopados que no se hicieron públicos por culpa de la Federación', coincide la fuente que habló a condición de anonimato. 

Según su versión, la Federación Colombiana de Ciclismo, en vez de emitir una sanción pública, les alertaba a los equipos en privado cuando uno de sus corredores arrojaba un resultado positivo. 'Es algo que hacen para no ahuyentar a los patrocinadores'. 

En 2017, la UCI envió una delegación para tomar las muestras antidoping de la Vuelta a Colombia y las examinó en Estados Unidos. Para la época el laboratorio de Bogotá había perdido su acreditación ante la AMA.

El resultado fue de ocho positivos por doping, la cifra más alta en la historia de la Vuelta. 

En 2018 la carrera salió del calendario UCI y la Federación asumió de nuevo el control antidopaje. El organismo no informó sobre ningún positivo en esa edición de la Vuelta a Colombia y solo un ciclista fue sancionado en la carrera de 2019.

El presidente de la Federación, Ovidio González, niega tajante que el dopaje sea regla y defiende la transparencia de la entidad que empezó a dirigir en 2017. 

'Absolutamente todos los casos de positivos que encontramos son anunciados en nuestra página web y reciben una sanción', afirmó.

Cantera en sombras

Aunque Colombia sigue exportando talentos como Egan Bernal, lo cierto es que los cazatalentos los apartan de la escena local para evitar que se 'contaminen', según el periodista Gustavo Duncan, quien ha denunciado el dopaje en el pelotón colombiano.

'Los equipos extranjeros ni siquiera se fijan en los corredores mayores de 23 años, porque saben que, fuera de las categorías juveniles, es prácticamente imposible competir en Colombia sin doparse', sostiene.

El entrenador Luis Fernando Saldarriaga, quien descubrió a Nairo Quintana y Esteban Chaves, lo corrobora: 'Ellos son talentos que uno trabaja desde muy jóvenes para llevar al extranjero. Nunca los pusimos a competir en una Vuelta a Colombia porque hubieran dudado de sus capacidades'.

A comienzos de este año Saldarriaga se vio sorprendido cuando Wilmar Paredes y Juan José Amador, sus pupilos en el Team Postobón, dieron positivo en pruebas antidopaje conducidas por la UCI, pese a los esfuerzos del equipo por 'correr limpio'.

Al respecto, señala el preparador físico consultado bajo reserva: 'Si dos muchachos que ganan un sueldo desde jóvenes y que trabajan con entrenadores que siempre les han explicado la importancia de no doparse pueden transformarse en tramposos, entonces cualquier muchacho puede transformarse'.