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La pelota naranja es su compañera inseparable. Cuando la tiene en las manos la sabe usar y pone a jugar a su equipo. Mauricio Andrés Rodríguez Pérez, es el más pequeño de su equipo, pero él se agranda con su habilidad y técnica para jugar baloncesto.

El pasado domingo, en el pavimento de una de la canchas del Parque Suri Salcedo se lució y lideró la victoria 25-17 de su equipo, Trotamundo, ante Titanes, en la categoría sub-12 en un partido de fogueo.

Mauricio tiene chispa y habilidad. Es rápido para lanzar los pases y cumple a cabalidad su función de armador. 'El balón de baloncesto es mi amigo. Tengo más de 10 balones en mi casa. Me gusta liderar al equipo y armar las jugadas. Me gusta el baloncesto porque me parece un deporte divertido y desde hace cuatro años lo práctico', dice mientras acaricia el balón.

Desde afuera del terreno de juego su padre, que lleva su mismo nombre, no deja de alentarlo. Siempre lo está alentando para que su rendimiento en el terreno de juego sea mucho mejor. 'Mi papá siempre está pendiente. Me apoya y me gusta que este ahí dándome ánimo. Yo empecé jugando béisbol y fútbol, pero llegué a una academia de baloncesto y quedé enamorado. En mi primer partido de baloncesto pensé que estaba jugando fútbol y cuando metí mi primera cesta dije gol', agrega en medio de risas el pequeño de 11 años y estudiante del colegio Alemán.