Las malas decisiones de los directivos en la conformación de una nómina de ribete y la escogencia de técnicos sin el carácter para encarar la primera categoría, catapultaron al Unión Magdalena a su retorno a la ‘B’. El Ciclón solo pudo estar en la élite del balompié nacional en el 2019, después de haber salido del descenso en el que estuvo durante 13 años y al que vuelve con todo el protagonismo por su pésima campaña.
Es el tercer descenso de los bananeros (1999, 2005 y 2019), quienes son comandados por el dueño de la institución Eduardo Dávila Armenta, quien ha demostrado una vez más lo poco que le importa la institución y su afición. Antes de llegar a esta instancia, ya había catapultado a la plantilla con ofensivas declaraciones en la ofendió a varios jugadores y sentenció el futuro del equipo, que la noche de este marte se convirtió es una nueva pesadilla al volver a la segunda división.
El técnico Harold Rivera consiguió ascender al Unión en el 2018 pero en el presente año no tuvo la misma claridad durante el primer semestre, a pesar de que consiguió clasificarlo al grupo de los ocho con muchas afujías, ya que armó la plantilla acorde al campeonato.
Para encarar el torneo finalización y con la responsabilidad de mantener la categoría, los directivos azulgranas licenciaron a Rivera y contrataron al profesor Pedro Sarmiento, quien no pudo darle un horizonte promisorio al club y lo que hizo fue demostraron lo anticuado que está en la dirección técnica.
En las ocho jornadas finales, llegó como salvador un adiestrador de la casa, Carlos ‘Paradita’ Silva Socarrás, a quien los administradores y máximo accionistas de la institución le depositaron toda la confianza para lograr el gran objetivo: salvar al Unión del descenso. Aunque consiguió mejorar en el andamiaje colectivo no tuvo la hegemonía para el grupo fuera más efectivo.
Impuso su ideología de rotación de nómina, en la que no tenía jugadores para esa estrategia, por lo que fue fallando en cada su fecha y su chance de dirigir en primera terminó con una derrota 3-1 ante Once Caldas, donde reafirmó su ultraposición de defenderse así sea que necesita ganar. ¡Otra vez, otra vez en el infierno de la ‘B’!
Más de lo mismo
El último partido del Unión Magdalena en la ‘A’ fue con una vergüenza en el estadio Palogrande de Manizales, donde Once Caldas se quedó con la victoria 3-1.
Al minuto 3, garrafal error de la defensa bananera, Javier Reina le sirve el balón a Johan Carbonero, quien de remate a ras logró derrotar el arco defendido por Horacio Ramírez, abriendo el marcador 1-0 a favor de los caldenses.
El Ciclón tuvo la oportunidad de empatar al minuto 22, tiro libre ejecutado por Luis Carlos Arias y en el segundo palo apareció Jean Carlos Blanco, quien le metió la cabeza pero se fue por arriba del arco local. ¡Se lo comió!
Cuando restaban dos minuto para finalizar la primera parte, contraataque del conjunto Blanco, Johan Carbonero logró finalizar magistralmente con un disparo desde afuera del área que no pudo controlar el portero Ramírez, consiguiendo el 2-0.
El descuento del Unión fue al minuto 64, Diego Ruiz le sirvió el balón a Daiver Vega, quien eludió a un rival, metió un centro y en el área saltó Juan Carlos Pereira, quien le metió un frentazo para marcar el 2-1.
Kevin Londoño sobre el minuto 76, sentenció el retorno a la ‘B’ para El Ciclón, remató de media distancia y el defensor Henri Pernía en su intento de cortarlo, desvió el balón y descolocó al arquero Ramírez, dándole 3-1 final a Once Caldas.