Relajado, humilde, agradecido... La 'operación seducción' de Jose Mourinho para convencer de que ha cambiado arrancó hace unos días, pero su impacto en el Tottenham ha sido inmediato, con la clasificación a octavos de Champions firmada el martes, tras remontar a Olympiakos.
'Lo primero que quiero decir es que me disculpo con Eric Dier', señaló Mourinho tras el partido sobre el futbolista que salió a los 29 minutos para dejar su sitio a Christian Eriksen.
'Lo hice por el equipo', añadió, como si un entrenador tuviera que justificar sus decisiones cuando su equipo pierde 2-0 tras 20 minutos de un partido decisivo.
Pero así es el 'nuevo Mou', que aseguró a su llegada al Tottenham la semana pasada que había aprendido de sus errores.
Sin duda marcado por su fracaso en el Manchester United y sus 11 meses alejado de los banquillos - por primera vez desde que dirige equipos profesionales -, el portugués ha decidido cambiar su imagen.
- La resurrección de Moura -
Ahora no se quita la broma de la boca -el martes felicitó a un recogepelotas por su 'pase decisivo', ya que permitió a Serge Augier jugar rápidamente en el empate 2-2-, mide lo que dice y evita las polémicas, esas que han marcado sus tres lustros al más alto nivel.
El portugués sabía que llegaba a terreno por conquistar. Si la dirección del club, especialmente el presidente Daniel Levy, decidió que era el hombre adecuado para la situación, el gran público y los seguidores de los Spurs lo recibieron con reservas.
A pesar de su poderoso palmarés, sus últimos años no han sido los más exitosos. Y él es consciente de que los Spurs podían estar dándole su última gran oportunidad.
La victoria ante el West Ham (3-2), el sábado en su vuelta a la Premier, y la remontada (4-2) ante Olympiakos parecen aclarar su panorama.
La llegada del nuevo técnico ha devuelto la confianza y la ambición a un grupo de capa caída. 'Mou' ha confiado en jugadores como Lucas Moura, Dele Alli o Serge Aurier, grises en los últimos tiempos con Mauricio Pochettino.
- Modernización de su juego -
Además la animación ofensiva del Tottenham parece indicar que las ideas futbolísticas de Mourinho han evolucionado. Con un esquema 4-2-3-1 sin balón el equipo pasa a un 3-2-5 cuando lo tiene.
El lateral izquierdo -Ben Davies o Danny Rose- se convierte en tercer central, los dos medios defensivos siguen bajos para asegurar el equilibrio y Aurier integra la línea de atacantes por la derecha, con Dele Alli como 10, Son-Heung Min y Moura jugando con libertad alrededor de Harry Kane, el indiscutible 9.
Una manera más moderna de atacar que se acerca a los esquemas de los equipos dominantes actualmente en la Premier League.
Ahora habrá que comprobar si se trata de una 'activación efímera' de sus jugadores o si Mourinho tiene largo recorrido. Al menos el vigente subcampeón europeo defenderá su posición en los octavos de final.