Cruzeiro, uno de los grandes del fútbol brasileño, descendió ayer a la Serie B por primera vez en su historia, consumando un segundo semestre desastroso en el que se unieron una grave crisis financiera y un mal rendimiento de un equipo lleno de figuras.
El equipo de Belo Horizonte, la capital del Estado de Minas Gerais, llegó agonizando a la última jornada del Brasileirao, en la que necesitaba ganarle al Palmeiras y esperar la derrota del Ceará contra el Botafogo para salvarse.
Ninguna de ambas opciones se concretó, al perder el Cruzeiro 2-0 en casa contra el Palmeiras y empatar el Ceará 1-1 en su visita a Rio de Janeiro.
El partido del Cruzeiro terminó sin llegar a jugarse todos los minutos de descuento al pitar el árbitro el final por los incidentes en la grada protagonizados por la afición mineira.
Nadie imaginaba el fatal desenlace para este equipo, fundado en 1921 y sostenido por una historia con dos Copas Libertadores en su haber (1976 y 1997), en el que brillaron leyendas como Tostao (1963-72) o los argentinos Roberto Perfumo (1971-75) y Juan Pablo Sorín (2000-02).
Cuatro veces ganador del Brasileirao (es el único equipo que venció dos veces consecutivas en esta década, en 2013 y 2014) y máximo ganador de la Copa de Brasil, con seis trofeos, el Cruzeiro empezó el año confiado en la misma base de jugadores con la que ganó en 2017 y 2018 la Copa de Brasil.
Pero la crisis se agravó y tras la partida de Menezes, Cruzeiro tuvo tres entrenadores en menos de cuatro meses.
Con el descenso del Cruzeiro, apenas quedan tres equipos que nunca bajaron a la Serie B: Flamengo, Santos y Sao Paulo.
El campeón del Brasileirao este año fue el Flamengo, que logró el título nacional un día después de haber conquistado la Copa Libertadores ante el argentino River Plate (2-1) en la primera final única del certamen, que se jugó en Lima.