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Hasta mastica el chicle igual que su padre. Luis González, hijo del volante venezolano del Junior Luis ‘Cariaco’ González, es uno de los atractivos del torneo Caribe Champions que se desarrolla en las canchas de fútbol del colegio Sagrado Corazón.

El pequeño futbolista, del equipo Real Sociedad B (filial Escuela Barranquillera), tiene los mismos gestos de su progenitor y concentra las miradas de los espectadores y de la prensa porque además de saber con la pelota, celebra bailando champeta.

Acompañado de su madre Iranís García, el joven de 7 años asiste al certamen. Tiene una personalidad arrolladora y dice que su padre lo entrena para que siempre sea mejor.

'Él me da mucho cariño y me empieza a entrenar, me dice cómo hacer la bicicleta, el sombrerito, muchas jugadas. Me dice que cuando pierda la pelota tengo que ir a recuperarla', expresa el número 15 y que juega como delantero o por las bandas.

'Aquí me ponen de delantero y me ponen como a mi papá, es decir como carrilero por la izquierda. Yo quisiera jugar en el Barcelona. A mí me gustaría ser como Ronaldinho, Messi, Cristiano, Dybala. Todos esos jugadores que juegan bien, pero el que me gusta más es Ronaldinho', añade.

Hace segundo grado en el colegio Biffi La Salle y su materia preferida, como la de muchos infantes, es la Educación Física.

'Me gusta la Educación Física porque nos dan un tiempo de hacer ejercicios. Yo que juego fútbol puedo jugar con mis compañeros y siempre es divertido'.

Palabras de iranís. Su madre Iranís García siempre está cuidando los pasos de su pequeño. Pese a que ahora se desvive por el fútbol, no siempre fue así.

'Él, desde el año y medio, tenía la pasión por el balón y lo llevamos a las menores del Caracas Fútbol Club, pero le costaba. No quiso más, después nos fuimos a Puerto Ordaz y no le gustaba. Me pidió karate, béisbol, baloncesto y uno lo va complaciendo, pero se aburre rápido. Estando en Dallas (EEUU), donde duramos seis meses, agarró la pasión por el fútbol y de ahí para acá esa pasión ha estado siempre', confiesa.

Sin embargo Iranís espera que su hijo sea el mejor con la profesión que decida para su vida. 'En lo que se proponga, hará algo bueno. No lo queremos obligar a nada', finalizó.