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Padre e hijo, entrenador y jugador. La unión entre Diego y Juan Diego Guerra va más allá de la sangre y el apellido. El fútbol, que los hace enloquecer de emoción y sollozar con las derrotas, es el deporte que también los liga. 

Al torneo Caribe Champions, desde Cúcuta, llegaron con el firme propósito de llevar al equipo Estrella Roja y Negra a la instancia final en la categoría 2010. Han sido campeones en Bogotá y Medellín y por eso el objetivo está centrado en el máximo galardón.

Ayer tuvieron en la escuela Rey Pelé un hueso duro de roer. Tanto así que tras la paridad en la pizarra (1-1) se fueron al fatídico punto penal donde Juan Diego, el niño diferente, la figura y el de las ideas, capitalizó el triunfo y encendió el júbilo en la barra nortesantandereana que ha disfrutado su estancia en suelo currambero.

Hoy (2:40 p.m.), en el Sagrado Corazón ante Atletic Maracaibo de Venezuela, buscarán el tiquete a la gran final.

'Este es un proceso que tiene cuatro años y ha dado buenos resultados. El fútbol costeño le ha regalado mucho picante al fútbol colombiano y queremos aprender un poco de esta cultura', expresó Diego, bogotano de nacimiento e hincha de Millonarios.

Sobre su hijo, a quien le exige el doble que a sus demás pupilos, expresó:

'Él es uno de los proyectos que tiene nuestra escuela. Ha sido enormemente positivo su evolución y el de los demás niños de la escuela. Está para grandes cosas, esperamos llevarlo paso a paso para que llegue a la élite del fútbol. Todo es cuestión de trabajo y de saberlo aconsejar', destacó Diego sobre su retoño.

Juan Diego tiene gran visión de juego y posee una gran zancada que hace que la velocidad sea una de sus grandes virtudes como futbolista.

Admira a Cristiano Ronaldo y el balompié del Viejo Continente merodea por su mente. Es su sueño y trabaja duro para alcanzarlo. Nació en San Cristóbal, Venezuela, el 21 de mayo de 2010 y ayer fue nuevamente el héroe de su equipo.

'Comencé a jugar en el 2012. Mi primer equipo fue en el Táchira. Nunca me ha llamado la atención el béisbol y por eso estoy jugando fútbol. Llegué a Cúcuta a los cuatro años porque la situación y los problemas en mi país eran muchos. Mi sueño es jugar en Europa o donde me den la oportunidad y Cristiano es mi jugador favorito. De él creo que tengo la velocidad', dice sin sonrojos.

El tener a su padre como entrenador no lo impacienta, pero sí le genera más presión. 'Es más difícil porque tiene la responsabilidad de cuidarme, me regaña más, me exige más, pero es por una buena causa', concluye Juan Diego, quien suma cuatro goles y espera aportar muchos más.