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Cada vez que habla de su combate fallido en Panamá no oculta su desazón e incluso deja caer una lágrima. No miente, Robert Barrera ha llorado mucho porque su pequeño hijo de 7 años, también llamado Robert, lo esperaba en Barranquilla con el cinturón mundial interino del peso mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Empero, fue un golpe del púgil local Luis ‘Nica’ Concepción, en el undécimo asalto, el que le arrebató el sueño al cordobés de por fin coronarse campeón mundial tras un nocaut técnico. Fue su segunda salida por un cinturón y lastimosamente el resultado fue una nueva derrota.

El domingo, pasado el mediodía, Robert, protegido de la empresa Cuadrilátero, llegó a la capital del Atlántico. En su barrio de residencia en el Por Fin, hubo muestras de reconocimiento por su buena labor pese a que el resultado fue adverso.

No piensa en tirar la toalla y cree que la tercera será la vencida. En diálogo con EL HERALDO, Robert habló de su contienda en territorio panameño, en lo que cree que falló y lo que debe hacer para bañarse de gloria.