Se puede pasar por delante sin que llame especialmente la atención. La fachada del Kodokan parece la de otros muchos edificios de oficinas y, a dos pasos, se escuchan los gritos estridentes de las montañas rusas del parque de atracciones de Tokyo Dome.
Únicamente la estatua de bronce del fundador del judo, Jigoro Kano, señala que este edificio aparentemente sin gran encanto del barrio residencial Bunkyo de Tokio es en realidad el Kodokan, la auténtica ‘Meca del judo’, donde apasionados por este deporte de todo el mundo acuden en peregrinación.
Esta es una pequeña guía por este mítico lugar, cuyo nombre significa 'lugar de enseñanza del camino', por decisión de Jigoro Kano, que quiso esa denominación para insistir más en el espíritu de este arte marcial que en sus técnicas.