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Un máximo de diez atletas rusos serán autorizados a participar en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 con bandera neutral, anunció este jueves la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics), cuando Rusia está suspendida desde noviembre de 2015 por haber instaurado un sistema de dopaje institucional.

Rusia fue además sancionada con una multa de 10 millones de dólares, de la cual la mitad deberá ser pagada antes del 1 de julio de 2020, ya que en caso contrario podría ver su cuota de diez atletas suspendida.

Los cinco millones de dólares restantes deberán ser pagados en los dos próximos años si en ese período Rusia 'comete una nueva infracción a las reglas antidopaje o no hace progresos significativos hacia el respeto de las condiciones de reintegración', explicó el presidente de la Federación Internacional, Sebastian Coe.

World Athletics había congelado en noviembre de 2019 el proceso que permitía a los atletas que no estaban implicados en el caso de sistema de dopaje institucional participar en las competiciones fuera de Rusia, después de que la federación de este país (Rusaf) fuera acusada de haber suministrado falsos documentos para permitir al subcampeón del mundo de altura de 2017, Danil Lysenko, escapar a una sanción por faltar a sus obligaciones de localización para controles inopinados.

Decepción de Coe

Coe declaró que su federación se sintió 'gravemente decepcionada por la precedente administración de la Rusaf, y es por ello que aprobó un nuevo conjunto de criterios para la reintegración de Rusia'.

Desde las decisiones pronunciadas en noviembre de 2019, Rusia hizo limpieza en sus instituciones deportivas con nuevos dirigentes.

Oleg Matytsin sucedió a Pavel Kolobkov como ministro de Deportes. Hace dos semanas, el hombre de negocios y político Evguéni Iurchenko, único candidato en liza y apoyado por el Kremlin, fue elegido presidente de la federación.

Evguéni Iurchenko indicó haber escrito a World Athletics para reconocer la responsabilidad de la Rusaf en el caso Lysenko, un gesto exigido por la federación internacional.

Tras su primera sanción en 2015, solo la saltadora de longitud estuvo presente en los Juegos de Rio-2016, pero eran 49 rusos en el Mundial de Londres-2017 y 29 en el de Doha-2019.

Con solo diez atletas en Tokio-2020 y en los Europeos de París (25-30 de agosto), Rusia ve agravarse su situación.

El país ha terminado por pagar un fuerte precio por el caso Lysenko, que redujo a la nada los pocos avances de los últimos años.

La Unidad de Integridad del Atletismo (AIU), órgano independiente de la lucha antidopaje, fue más lejos en enero al recomendar excluir al país. El Consejo de World Athletics no siguió estas indicaciones y no convocó un congreso extraordinario para votar tal medida.

Tolerancia cero

World Athletics anunció también la creación de una comisión, con al menos dos representantes nombrados por la comisión de atletas de la Rusaf y dos expertos internacionales, con el objetivo de 'elaborar un plan detallado para meter dentro del atletismo ruso una tolerancia cero en la cultura del dopaje'.

'No estoy satisfecho de la situación, pero pienso que este paquete de medidas era necesario, realista y proporcionado', declaró Coe a la AFP.

'Antes de fin de año, escribí una carta a la Rusaf y al ministro de Deportes ruso y estoy contento de que hayamos obtenido la respuesta que queremos, es decir un reconocimiento de su culpabilidad y una contrición. Eso es lo que habíamos pedido y es lo que tenemos', añadió el doble campeón olímpico de 1.500 metros.

La primera reacción de la parte rusa llegó de la Agencia Nacional Antidopaje. Margarita Pakhnotskaya, vicepresidenta de la Rusada, estimó que 'la Federación rusa de atletismo está en medida de cumplir todas las condiciones que se le han impuesto, aunque algunas sean más fáciles de poner en marcha. Pero estas decisiones no pueden ser calificadas de humillantes por Rusia, se puede trabajar en ellas'.

Poco después, en un comunicado, el ministerio ruso de Deportes señaló 'estar preparado para ayudar a la federación a tomar medidas antidopaje, a proteger los intereses de los deportistas limpios y a crear una cultura de intolerancia al dopaje a todos los niveles del entrenamiento deportivo', pero subrayando 'la severidad de las sanciones'.

'Ha sido importante mantener el estatuto de la Federación Rusa de Atletismo, como miembro de World Athletics', subrayó.