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El tenis barranquillero está de luto. Luis López, un bogotano que desde hace más de 40 años se radicó en la capital del Atlántico, murió ayer a los 86 años luego de luchar varios meses contra varias complicaciones en su salud, según informaron fuentes allegadas al veterano jugador.

López, quien fue recogebolas, tenista y boleador (persona que ayuda a entrenar a los tenistas), se impuso en varias oportunidades en distintos campeones categorías senior que se disputaron en la ciudad, especialmente sobre las canchas de polvo de ladrillo del Country Club.

'Desde los 12 años empecé en este cuento del tenis. Viviendo en Bogotá, me iba a un parque y me ponía a ver practicar a unos niños. Me acuerdo que el profesor me dijo que si quería ayudarle como recoge pelotas y de ahí pasé a ser boleador', manifestó López en una nota publicada por EL HERALDO en 2018. 

'Este deporte ha sido mi alma para poder vivir. Tengo mi grupo de amigos con los que tratamos de jugar todos los días. Esto es lo que me mantiene bien de salud. Las amistades y los buenos jugadores que saqué cuando era entrenador han sido de los mejores recuerdos que me ha dejado el tenis', añadió.

‘Lucho’, como era llamado por su círculo más cercano, era un ejemplo deportivo en la cancha. No daba bola por perdida, aconsejaba a grandes y pequeños y, a pesar de los estragos que hacía en su cuerpo el pasar de los años, siempre se aferró al mundo de las raquetas para inspirar a otras personas.

'Ver jugar a mi papá me llena admiración, alegría, emoción de ver a una persona tan importante en mi vida volver a jugar un torneo después más de 20 años sin jugar torneo', dijo en su momento Alex López, hijo de Luis. 

'Él para mí siempre ha sido mi guía, mi héroe. Yo creo que las personas que lo ven jugar y se enteran de la edad que tiene les motiva a hacer ejercicio y llevar una vida saludable', agregó.