Una realidad extraña, que acumula interrogantes, pero a la que hay que adaptarse sobre la marcha. El 16 de mayo, cuando los amantes del fútbol sintonizaron la Bundesliga, uno de los torneos más representativos del balompié europeo y el primero en retornar tras la para obligatoria por la pandemia del nuevo coronavirus, se estrellaron con un mundo atípico: estadios sin público, jugadores sin abrazarse al celebrar un gol o sin estrechar la mano antes y después del pitazo del juez central. No hay cánticos de aficionados y la alegría de una anotación quedó resumida en un codo a codo. Todo cambió.
Al otro lado del mundo, con cifras de contagiados subiendo como la espuma, los atletas y dirigentes que necesitan volver a la actividad, ya sea por temas económicos o por salud física, deberán enfrentarse a una serie de reglas sanitarias. Algunos con miedos, otros con el ánimo por las nubes producto del encierro.
En Colombia, el Ministerio del Deporte publicó el 8 de mayo una lista con 17 disciplinas que cumplen con los protocolos de seguridad para regresar a los entrenamientos porque presentan bajo riesgo de adquirir el virus por el poco contacto que existe. Dichas disciplinas son: golf, tenis, arquería, tiro deportivo, canotaje, esquí, vela, ciclismo para deportistas de alto rendimiento, ecuestre, orientación, triatlón, levantamiento de pesas, actividades subacuáticas en aguas abiertas, natación en aguas abiertas, patinaje, motonáutica y atletismo.
Es precisamente el atletismo una de las primeras programadas (entre el lunes 25 y el domingo 31 de mayo) para el encuentro con la pista en el Atlántico. Orlando Ibarra, presidente de la Liga, compartió con EL HERALDO algunos de los requisitos que deberán cumplir al pie de la letra tanto el deportista como el dirigente.
Ellos esperan un número de 42 atletas y seis entrenadores. Estarán divididos por grupos de siete personas por cada orientador. Los atletas élite, sub-18 y mayores, serán los primeros en entrar a la acción.