Crecieron juntos en el barrio Rebolo y jugaron en el Scotland, equipo de antaño del fútbol aficionado barranquillero, y en las selecciones Atlántico. 'Joaquín Pardo era mi ‘llave’ desde la infancia', dice Gabriel Berdugo, con un tono nostálgico en diálogo con EL HERALDO.
Berdugo y Pardo, dos símbolos del fútbol atlanticense, forjaron una carrera deportiva de forma paralela y sostuvieron una buena relación hasta ayer que la muerte del segundo los separó.
'La última vez que lo vi fue en Carnaval, en febrero, lo vi bien, iba a todos los partidos amistosos del Junior de veteranos. Teníamos una gran amistad, única', manifestó el eterno capitán de Junior.
En el cuadro rojiblanco alcanzaron a estar juntos en el plantel, pero no en el terreno de juego. 'Cuando yo llego al equipo, José Varacka lo saca', asegura Berdugo.
Sin embargo, sí compartieron el honor de disputar unos Juegos Olímpicos, México-1968.
'Era muy humilde y sencillo, excelente persona, le debo muchos consejos, como me llevaba tres años, me aconsejaba bastante. En un partido amistoso contra el Santos de Pelé, jugamos Eduardo Retat, él y yo en el medio. Yo marqué a Pelé y lo anulé totalmente. Antes del juego le dijo a (Édgar) Barona, que era el técnico: ‘no pasa nada con Pelé, lo va a marcar Berdugo', rememoró.
'Las condiciones de ‘Joaco’ eran impresionantes, le pegaba muy bien a la pelota, los arqueros le tenían miedo. En Junior estuvo cuando vino una camada de brasileños. Era el mejor de los barranquilleros, hacía una pareja con Ayrton, era un espectáculo jugando. Tenía temperamento, metía pierna. Le daban y también daba', añadió con gran admiración.