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Bostezando. Con su tapabocas prácticamente en la barbilla. Revisando el teléfono celular una y otra vez con su pulgar derecho, casi que acostado en el sofá del lobby del hotel Suites Continental, Luis Gerardo Castillo espera que pase el tiempo y llegue el momento del combate que lo acercará más a su anhelo de toda la vida: un título mundial de boxeo.

El pugilista mexicano, de 25 años de edad, se encuentra en Barranquilla desde el martes anterior para enfrentar a Yoel Finol, venezolano radicado en la ciudad, por el cinturón supermosca Fedebol avalado por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en la pelea estelar de la velada organizada por Alberto Agámez Producciones, que se disputará este sábado en la discoteca Kilymandiaro, en las playas de Pradomar.

No oye ni habla. Pero siente, vive y disfruta el boxeo como ninguno. Gracias a este deporte, Luis Gerardo enderezó un rumbo que lo estaba dejando a la deriva, en un mar de impotencia y frustración.