Colombia cerró con broche de bronce. Luis Díaz, con broche de oro. De la mano del guajiro, autor de dos golazos, la Selección derrotó 3-2 a Perú, en la noche de este viernes en el estadio Mané Garrincha, de Brasilia, y terminó en el tercer lugar de la Copa América, que finaliza este sábado con la final entre Brasil y Argentina, en el estadio Maracaná (7 p.m.)
Fue otra noche de Díaz. El extremo del Porto se inspiró y anotó un golazo en el último minuto de juego que quebró el empate que conducía directamente a la definición por tiros desde el punto penal.
Perú empezó ganando al minuto 45 con gol de Yoshimar Yotún, pero Juan Guillermo Cuadrado y Díaz le dieron vuelta al marcador a los 48 y 65. Parecía que era el sello del triunfo, pero Lapadula frustró parcialmente el triunfo (81) hasta que apareció el figurón de la cancha con un torpedo inatajable que significó el 3-2 definitivo (90+3).
El colofón ideal para una Copa América maravillosa del jugador surgido en las canteras de Junior. Convirtió cuatro golazos y su nombre se cotizó en la bolsa de futbolistas.
En el primer tiempo se presentaron más bostezos que emociones. Gran parte de la etapa inicial resultó monótona e insípida. Colombia tenía la pelota, pero no hacía nada productivo con ella. Edwin Cardona caminaba la cancha, Díaz y Cuadrado estaban apagados y algo precavidos en las pelotas divididas, mientras Duván Zapata se mantenía anclado en el área rival sin el ímpetu y la suficiente movilidad para generar espacios y protagonizar jugadas ofensivas.
Stefan Medina y William Tesillo tampoco ofrecían demasiado en sus aventuras ofensivas. Acompañaban con su transpiración, pero con ninguna inspiración.
Nublados y estériles, los dirigidos por Reinaldo Rueda vieron como Perú, sin contar tanto con el balón en los pies, era más peligroso. Sobre todo por las permanentes diagonales y arrastres de marca de Gianluca Lapadula, quien a diferencia de Zapata, nunca se queda quieto en el área rival y ofrece mayores posibilidades de pase a sus compañeros.
Lapadula se acercó dos veces al gol, pero no fue preciso en sus intentos de remate. Sin embargo, Yoshimar Yotún sí resultó certero para darle la estocada final a un correcto y vistoso contragolpe en la agonía del primer tiempo.
Desdibujado e impotente, Colombia bajó el telón de la etapa inicial.
El combinado patrio salió más vigoroso en el segundo tiempo. La entrada de Yimmi Chará le dio más vida al ataque. Al menos había un jugador con más dinámica y chispa que Cardona.
En procura de buscar la portería peruana, Medina consiguió una falta al borde del área que Cuadrado aprovechó para concretar el empate. El extremo de la Juventus contó con la fortuna de una enorme grieta en la barrera y una floja reacción de Gallese.
Con el 1-1, Colombia se fue en busca del tanto de la victoria y Luis Díaz casi lo consigue con una chalaca similar a la que ejecutó para marcarle a Brasil, pero los inoportunos guantes de Gallese ahogaron el grito de gol.
No obstante, el guajiro tendría su revancha ante el portero Inca y ahí sí salió airoso. El extremo del Porto recibió un pase largo de Camilo Vargas (no fue un saque, fue un pase), superó en velocidad al último marcador y venció la resistencia de Gallese con un remate exacto a un costado.
Merecida remontada de ‘la Amarilla’, que se había pellizcado y mejoró su accionar, mientras el seleccionado peruano se desinfló y apostó por defender la ventaja, inicialmente, y el empate, después, sin fabricar muchas opciones en el arco de Vargas, aparte del postazo de Lapadula.
Sin embargo, los pupilos de Ricardo Gareca terminaron empatando ante un problema endémico del fútbol colombiano, las pelotas aéreas. Lapadula aprovechó un córner en el que que Vargas se quedó en su cabaña y en el que Wilmar Barrios no dio la talla para marcarlo. El atacante enmascarado de origen italiano se levantó y cabeceó al borde del área chica hasta el fondo de la red.
Todo parecía resuelto para la tanda de cobros desde los doce pasos hasta que Díaz frotó la lámpara, demostró su magia y estampó la pelota en las redes peruanas con un balazo desde fuera del área que perforó el ángulo superior izquierdo del guardameta inca. ¡Golazo! ¡Grande, Luchito! ¡Mucho Lucho!