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Fue un grito desgarrador. '¡Noooooooooooo!'. Seguro se escuchó en todo el Centro de Eventos y Exposiciones, de Tokio. Mercedes Pérez lamentó a todo pulmón quedarse por fuera del podio de la categoría de los 64 kilogramos de la halterofilia de los Juegos Olímpicos.

La samaria tenía marcas que la perfilaban para colgarse alguno de los tres metales, pero la presión y los nervios, de alguna manera, la traicionaron e impidieron que saliera avante en su objetivo de ubicarse en los tres primeros lugares.

'Pude dar mucho más, pero tengo mi frente en alto. Dios tendrá deparado algo mejor para mí', expresó Mercedes Pérez entre lágrimas.

En su último intento en la tarima en envión, Mercedes no pudo levantar los 131 kilogramos que señaló a los jueces y lanzó el grito de dolor y tristeza. Se vino en llanto ante todos los jueces y su entrenador, el soledeño Luis Arrieta, quien trató de alentarla y consolarla.