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Ya eran demasiadas frustraciones y amarguras en la jornada del martes (colombiano) en los Juegos Olímpicos de Tokio. Lamentablemente Mercedes Pérez, en pesas; Jorge Mario ‘la Trucha’ Murillo, en natación; Valentina Acosta, en tiro con arco; Jenny Arias, en boxeo; y Juan Sebastián Cabal y Robert Farah, en tenis, habían resultado eliminados y Colombia había reducido sus posibilidades de alcanzar más medallas aparte de la plata del pesista Luis Mosquera. Sin embargo, Céiber Ávila apareció en el cierre del día y salvó la patria.

El pugilista antioqueño se impuso por decisión dividida (3-2) a Everisto Mulenga, de Zambia, en la Arena Kokugikan, y avanzó hasta los cuartos de final de la categoría de los 57 kilogramos.

En un combate complejo ante el campeón preolímpico africano, Ávila sacó a flote su experiencia, su corazón y hambre de gloria para sobreponerse a las habilidades de su oponente y a las adversidades que se le presentaron desde el primer round, como lo fue el corte que sufrió en el arco superficial izquierdo.

'Me da rabia cuando me hacen una herida. Veía borroso, no alcanzaba a ver, pero pudimos controlarlo. ¡Así que vamos pa’ lante!', comentó Ávila.

'Perdí un poco el control. Fue difícil, nada fácil, pero vamos a trabajar en los errores', reconoció el púgil criollo.

El boxeador nacional de 32 años de edad se medirá ahora al ghanés Samuel Takyi, el sábado a partir de la 9:48 p.m. (hora de Colombia) en busca del paso a la semifinal y a la garantía de medalla.

Si vence a Takyi estaría asegurando presea de bronce.

Con la camiseta de Yuberjen Martínez

Cómo dato curioso, Céiber peleó con la camiseta roja de su compañero Yuberjén Martínez. No halló la suya en su habitación en la Villa Olímpica y acudió a su compañero. La vestimenta del medallista olímpico le trajo buena suerte.