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Se transformó en el ring. Íngrit Valencia no se dejó llevar por la trayectoria y credenciales de su rival, ni por los antecedentes que tenía ante ella (dos derrotas). La boxeadora colombiana salió con todo y derrotó por decisión dividida a la india Mery Kom, en la Arena Kokugikan, en los octavos de final de la categoría de los 51 kilogramos.

No era un combate fácil. De hecho, resultó muy parejo. Kom, campeona mundial y medallista olímpica, es una de las mejores pugilistas de la categoría mosca y era la gran favorita para montarse a lo más alto del podio.

Pero la caucana, bronce en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro-2016, entró decidida al cuadrilátero y desde que sonó la campana se fue en busca de su adversaria y de la victoria. Se vio hambre de gloria en sus puños y quedó a solo un triunfo de igualar lo conseguido en las justas de Brasil hace cinco años.

Con actitud y estrategia, Íngrit superó a su difícil contrincante con la que ya había sufrido dos derrotas en otras competencias.

'Ella ya sido cinco veces campeona mundial, me había ganado dos veces, pero pude ganar hoy gracias a Dios, gracias a mi familia, a mi hijo, a mis amigos, a todos', declaró Valencia al Canal Caracol, con notable emoción al lado de su entrenador y esposo, Raúl Ortiz.

La pugilista nacional, en medio de la alegría de su victoria, dedicó su primer paso en la lucha por medallas a su retoño.

'Mi hijo es mi motor, gracias por tenerme tanta paciencia, espero llevarle esa medalla que tanto anhela', dijo antes de abrazar a Raúl, su compañero de vida.

Valencia buscará asegurar la medalla de bronce ante la japonesa Tsukimi Namiki, el domingo 1 de agosto a las 3 de la madrugada (colombiana).

La nipona pasó por encima de la brasileña Grazieli de Jesús y la venció por decisión unánime (5-0) después de la pelea de la colombiana.