Dos puntos más perdidos y otra decepcionante presentación en casa. A este Junior de Arturo Reyes se le resiste el buen fútbol y por ahí mismo los resultados.
Si la goleada ante Millonarios desnudó las falencias de un equipo rojiblanco sin norte, el empate sin goles de ayer frente al Quindío, en el ‘Metro’, ratificó el opaco presente de un conjunto que está poniendo en riesgo la clasificación, a pesar de tenerla cerca.
Junior sigue sin mostrar síntomas de mejoría. La presentación evidenció nuevamente a un equipo sin generación, sin ideas, frágil en defensa, sin conexión clara del mediocampo hacia adelante, sin alma, sin suerte y sin nadie que empuje el balón al fondo de la red para por lo menos maquillar el mal juego con algún triunfo por la mínima.