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Le encanta el golf. Daniela Páez no frunce el ceño ni arruga su cara cuando se trata de recorrer los 18 hoyos de un campo. A través de este deporte ha encontrado la manera de derrochar su ímpetu infantil y adolescente desde los 6 años de edad.

Llegó al mundo de los birdies y bogeys tras pasar por varios deportes. Sus padres, Piedad Rodríguez y José Luis Páez la llevaron a tenis, natación y otras actividades musculares antes de hallar su verdadera pasión, el golf.

No se puede decir que fue un amor a primera vista, pero poco a poco se fue interesando más y más en los movimientos y secretos golfísticos hasta que se redondeó el idilio. Daniela se enamoró del golf y en la actualidad, ya con 14 años de edad, le dedica de dos o tres horas diarias de lunes a viernes y tres o cuatro el sábado y el domingo.

'Llegué al golf con la intención de probar algo distinto, algo que me llamara más la atención. Me empezó a gustar por la particularidad de este deporte, ya que es muy diferente a cualquier otro, y por el nivel de exigencia física y mental que requiere', dice Daniela.

Luego de que sale del Colegio Parrish, donde cursa octavo grado (de 7:30 a.m. a 2:30 p.m.), se va al campo de golf del Country Club, en Sabanilla, donde practica bajo las órdenes de Javier Ocampo. Ahí mismo dio sus primeros golpes.