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La fiebre que había en Colombia por Juan Pablo Montoya entre 2001 y 2006, contagió a Julieth González Therán. Estaba pendiente de la Fórmula Uno, madrugaba y trasnochaba para ver las válidas y no le perdía pisada al piloto bogotano.

Era la confirmación de su afinidad y pasión hacia el deporte en medio de su niñez. Ya le gustaba jugar fútbol con sus amiguitos en cercanías al conjunto residencial Villa Andalucía, a pesar de que no era bien visto en la sociedad barranquillera de ese entonces, y hasta sus propios familiares se extrañaban, principalmente sus padres, Gabriel González Méndez y Yasmina Therán Meneses.

'Mi mamá y mi papá me quedaban mirando: ‘¿Tú que estás haciendo?... Estás loca’. Yo hacía pinolas porque teníamos concurso en el parqueadero del edificio, ganaba el que más hiciera. Me la pasaba en eso, y mi mamá preocupada', recuerda Julieth entre risas.

'Desde que estaba chiquita quería ser futbolista, pero por otro lado me gustaba estar siempre frente al público, jugaba a ser presentadora, y el primer deporte que me interesó fue la Fórmula Uno', agrega esta barranquillera que terminó el bachillerato en el Colegio La Medalla Milagrosa.

Don Gabriel quería que Julieth, su hija mayor, llevara las riendas de su empresa, IAM Corp, y la empujó a estudiar Ingeniería Mecatrónica, algo que no estaba en los planes y fascinaciones de su jovencita.

A regañadientes dejó su Barranquilla natal y se fue a estudiar en la Universidad Tecnológica de Bolívar. Resistió cinco semestres en la carrera e institución que formó a su papá antes de tirar la toalla y tomar el rumbo que realmente deseaba y la apasionaba. Empezó a estudiar comunicación social y periodismo en la misma alma mater.