'Lo recuerdo siempre sonriente, amable y servicial'. 'Le encantaba jugar en Barranquilla, decía que era la ciudad ideal para la Selección'. 'Siempre quiso venir a Junior, pero nunca recibió una oferta formal'. 'Era un líder entre muchos líderes'. 'Siempre dijo que acá se sentía como en casa, por el calor, el mar y la alegría de la gente, lo que le recordaba mucho a su Buenaventura del alma'.
Así será recordado el paso de Fredy Rincón por Barranquilla, una ciudad que siempre lo acogió con cariño y admiración, incluso cuando venía a enfrentar al Junior, ya sea vestido de cardenal (Santa Fe) o escarlata (América). Porque si algo se ganó ‘El Coloso de Buenaventura’ en esta ciudad alegre, futbolera y tropical, fue respeto.