Agonizaba el juego. Restaban solo 29 segundos cuando Heissler Guillent atravesó la mitad de la duela analizando movimientos, buscando espacios y pensando la ejecución de la jugada decisiva. Los Titanes perdían 90-88 ante Cafeteros de Armenia, en el último cuarto del tercer juego de la serie final de la Liga Profesional de Baloncesto Colombiano, en el Coliseo El Pueblo, de Cali.
Luego de un tiempo fuera, en el que el entrenador del conjunto barranquillero, Tomás Díaz, entregó las indicaciones y planteó la estrategia, el venezolano tomó el balón y emprendió la acción que marcaría la diferencia.
‘El Sastre’, como lo apodan 'porque en Venezuela decían que descosía la Liga', según contó en una entrevista con EL HERALDO al principio de la temporada, agarró la pelota naranja, la condujo, eludió dos hombres y se filtró en el área hasta que le bloquearon el camino. Pidió auxilio y el panameño Ernesto Oglivie, otra de las figuras de Titanes (MVP de la final), lo rescató y le recibió el balón.
Guillent, que sabe jugar muy bien sin la pelota, apenas se la cedió a Oglivie, se desmarcó, se salió del área y volvió a recibir, amagó con tirar de inmediato y eludió la marca de un primer defensor. ¡Ole! Se fue en blanco el ‘cafetero’.
Después vino la estocada final. Heissler ejecutó un certero lanzamiento de tres puntos y… ¡Ka-ching! ¡Ka-ching! ¡Ka-ching! Sonó la caja registradora. Redondeó la faena.