La vehemencia por una pasión puede llevar a alguien a recorrer todo el mundo sin destino fijo, sin medir finanzas y a olvidarse de los demonios que nos hacen daño por dentro. Todos los deportes son capaces de promover ese sentimiento, el cual demanda la totalidad del pensamiento y dedicación, además de no dejar espacio a más nada en la mente, cuando solo se tiene un único objetivo: hacerse eterno en una disciplina.
Así vive Alejandro Llinás su pasión por la apnea deportiva. Un hombre de 44 años, nacido en Barranquilla, pero que ha pasado la mayoría de su vida sorteando su residencia lejos de su ciudad natal. Su niñez la vivió entre la ‘Arenosa’, Medellín y San Andrés. A sus 16 años de edad se mudó a los Estados Unidos, país en donde ha residido la mayoría de su vida en una ciudad llamada Wilmington, ubicada en Carolina del Norte.
Sin embargo, en este momento dice estar viviendo 'donde le caiga el equipaje', pues para entrenar apnea se necesitan unas condiciones muy específicas, las cuales son muy complicadas encontrarlas en el país norteamericano, motivos por los cuales se necesita viajar mucho para las competencias y los entrenamientos.