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Todavía lucha por su vida. No está muerto quien respira. A eso y a un milagro divino se aferran los familiares del boxeador santandereano Luis Quiñónez, quien fue declarado con muerte cerebral en la Clínica General del Norte, a la cual llegó el pasado sábado en la noche tras sufrir un nocaut en su combate con el colombo-venezolano José Muñoz, en el Coliseo Elías Chegwin.