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Estaba destrozado. Se arropó en los brazos de su madre y no quería ver celebrar a los jugadores de Junior. Juan Manuel Santos es un competidor a carta cabal, no le gusta perder y, en esta ocasión, le tocó irse eliminado junto con sus compañeros de la escuela Barranquillera en las semifinales de la Caribe Champions (5-1).

Su partido no fue malo, lejos fue el mejor de los suyos. Al escurridizo extremo no le temblaron las piernas para jugar con gente mayor (solo tiene 11 años y jugó en la categoría 2010). Fue invitado para este compromiso y dejó varias perlas para enmarcar sobre la cancha del Polideportivo de la Universidad Autónoma.

Pasados varios minutos, se adueñó de los cobros de pelota quieta. No se los daba a nadie, tampoco tenía que pedirlos. Sus colegas comprendieron rápidamente su liderazgo. De hecho, fue quien propició el tanto de su compañero Isaac Vargas y estuvo muy cerca de marcar lo que hubiese sido la ventaja parcial del compromiso (2-1).

Juan Manuel, que es molestado por tener el mismo nombre de uno de los más recientes ex presidentes de Colombia, quedó solo frente al portero y no pudo darle destino de gol a su envío. Todos los padres de familia se llevaron las manos a la cabeza.

Muchos fueron los intentos pero, en esta ocasión, le tocó probar las mieles de la derrota. No obstante, en abril volará a España para unirse al Levante.