Las negociaciones en el fútbol son una montaña rusa. Aquí o en Europa. En Asia o en Oceanía. Hay muchos intereses en juego. Se vuelven un deshoje de margarita: que no, que sí, que no, que sí. La llegada de Juan Fernando Quintero a Junior no fue la excepción. Presentó sombras y luces, decepción e ilusión, lamento y emoción. Un permanente tira y jala, un sube y baja.
Nada distante a la de Giovanni Hernández en 2008. El fichaje del 10 caleño, que venía de ser campeón y figurón en el Colo Colo de Chile, se logró luego de un culebrón similar al que vimos con ‘Juanfer’ en estos días. La gran diferencia es la fuerza que tienen ahora las redes sociales y todo, desde los chismes hasta las informaciones serias y oficiales, tiene más resonancia.
Lo que está por verse todavía es si la campaña de JF10 será tan rimbombante como resultó el ciclo de G10 con la rojiblanca. EL HERALDO habló al respecto con el crack vallecaucano que dejó una huella indeleble en el club ayudando a bordar dos estrellas en el escudo (2010 y 2011).
¿Cómo vio la llegada de Juan Fernando Quintero al Junior?
Era un fichaje que se veía venir hace rato. Había algunos inconvenientes, como yo los sentí cuando vine a Barranquilla. Las partes no se ponían de acuerdo por algunas cuestiones. Me da felicidad y orgullo que Junior contrate a Juan Fernando. Hacía rato que la afición no se daba el lujo de tener un 10 de esa magnitud. La familia Char hizo un gran esfuerzo para que ‘Juanfer’ porte la número 10 y muestre su magia y su gran fútbol.
Fue una contratación parecida a la suya…
Como historia, como novela, es más o menos parecida. La diferencia es por otras cosas, las redes sociales no eran como hoy en día. Son épocas distintas, tenemos que vivirlas. Me encantó ver ese estadio lleno. Fue una novela similar, pero diferente, con un entorno y una alegría… ¡ufffff!... En Colombia es muy difícil ver eso que se vio ayer (el domingo) en el estadio Metropolitano: 44 mil personas en un estadio viendo a Juan Fernando. Van a hacer un buen torneo con ese equipo que han armado.
Juan Fernando Quintero lo terminó involucrando a usted en toda esta efervescencia publicando en sus redes la foto del ‘papá’, ‘el Pibe’ Valderrama; y ‘el tío’, Giovanni Hernández. También apareció en los videos de presentación y la gente inevitablemente recordó su nombre…
Me da una felicidad enorme. Soy amigo de Juan Fernando, sabía que en cualquier momento se podía dar. Había hablado con él, sabía la esperanza que tenía la gente de poder contar con un número 10 de similares condiciones como lo fue ‘El Pibe’ Valderrama, que es el papá de nosotros. Después de él Omar Pérez y yo, entre otros, tuvimos la oportunidad. La hinchada siempre ha estado esperanzada en tener un hombre que porte la 10 y lleve los hilos del Junior. Estuve cinco años en el equipo y creo que hice las cosas bien. Me encantaría poder estar en la tribuna disfrutando gratuitamente y mirando esta clase de jugadores: Bacca, Vladimir, Viera, quienes estuvieron conmigo. Me da muchísima alegría ser partícipe de toda esta fiesta con la gente. Es buena para Junior y para el fútbol colombiano la llegada de ‘Juanfer’.
¿Qué le recomendó a Quintero?
La respuesta es fácil. Barranquilla es lo que él vivió en el Metropolitano, esa es la gente de Barranquilla. Yo podría decirle muchas cosas, pero él ya lo vivió. Los barranquilleros son maravillosos. Les gusta el buen fútbol, su paladar es exquisito futbolísticamente, les gusta la pelota al piso, que el número 10 haga filtraciones de balón, manejo de los tiempos, tiros libres y goles. Barranquilla es una ciudad hermosa, los junioristas llegan desde todas partes de la Costa a alentar al equipo. Por dónde vaya sentirá el cariño de la gente, siempre y cuando uno tenga la posibilidad de rendir y prepararse como debe ser. Hay que prepararse muy bien para poder disfrutar y hacer disfrutar cada ocho o tres días.
Juan Fernando Quintero es de los pocos volantes ‘10’ tradicionales que sobreviven. ¿Los entrenadores, de alguna manera, los han ido extinguiendo?
Yo siempre me hice esa pregunta siempre lo debatía con un amigo, con gente del fútbol. Uno tiene que ser muy consciente que eso es una marca de Dios. Jugadores de esas condiciones es muy difícil que se den en el camino, los ‘10’ que piensan rápido, los que asimilan el fútbol tan rápido que tienen la posibilidad de salir de la marca de tres o cinco jugadores. Es difícil que a través de entrenamientos se pueda hacer eso con tanta facilidad. Eso viene entregado por Dios y se mejora entrenándose bien, preparándose bien. Cualquiera no lo puedo hacer. Hoy yo veo jugadores jugando con el número 10 de laterales derechos, de volantes de marca, de delanteros. En Colombia ese número no es fácil dárselo a cualquier jugador. Creo que estamos asimilando mucho lo que es el fútbol de Europa y trayéndolo acá. Nosotros somos colombianos y venimos con una forma de trabajo diferente. Muchas veces tergiversamos y traemos herramientas y elementos que de pronto nos están haciendo daño. No solamente en esa posición, también en otras. Están pensando que nosotros los colombianos debemos jugar de otra manera diferente a la que nosotros sentimos.
¿Dónde cree que debe jugar Quintero, como volante 10 clásico libre o acomodándose a unas labores de sacrificio que exige el fútbol actual?
Yo pienso que el fútbol ha cambiado en el aspecto que uno puede ser buen jugador, pero hay que cumplir una idea táctica que quiere el entrenador. Pero uno como entrenador no va a ser tan bobo de colocar un volante 10 con las condiciones de él para que haga recorridos en un momento y después no tenga fuerza para poder ejecutar lo que realmente sabe. Lo digo con mucho respeto. Yo a ‘Juanfer’ lo he visto jugando por derecha, por izquierda, como volante 10 habitual, no tiene ningún inconveniente. Lo van a marcar muchísimo y tiene que buscar espacios, moverse por todo el frente de ataque. Los demás jugadores tienen que ayudarle para que pueda llegar a una posición diferente a la que se encuentra.
¿Qué le parece el regreso de Vladimir Hernández?
He visto en varios equipos y me da felicidad que estén buscando experiencia. Sé que el jugador es un producto y tiene un valor que le da crédito a un bolsillo, pero uno recuerda que como jugador joven a uno lo sabían llevar. Es difícil que un equipo pueda jugar bien con 5 o 6 jugadores de 18 o 19 años. Cuando un jugador joven tiene condiciones, hay que saberlo llevar para que vaya obteniendo experiencia y perdiendo el miedo. Cuan llegue el momento indicado, se afianzará. Todos los equipos están llevando jugadores de 30, 35 y hasta 38 años, que han jugado en otros países de América o en Europa. Hay un mejor equilibrio de veteranía y juventud para que podamos pelear a nivel sudamericano y para elevar nuestro propio nivel.
¿Qué le parece la manera en que se está armando Junior?
Yo creo que Junior tiene buenos nombres para armar un buen equipo. Lo digo respetuosamente. Obviamente el profe Arturo es el que sabe vivir el día día y el que puede armar un buen equipo, que sea muy difícil para los rivales y contundente para lo que es el fútbol colombiano.