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Cinco días después de haberle obsequiado un par de patines a ‘la Gran Jade Sofía’ de 7 años de edad, los familiares evidenciaron su destreza y afinidad empírica hacia el patinaje. Tenía 4 años cuando usó este aparato deportivo por primera vez y una inocencia que a su corta edad brota, con naturalidad, desde lo más profundo de su ser. Su padre la llevó a entrenar a una academia donde se robó el corazón de quienes la conocieron en ese momento y ahí nació su historia.