Su pasión por el tenis no se ha apagado. Batalla por abrirse paso en la élite de este deporte. María Paulina Pérez nunca se rinde y se mantiene en pie de lucha por cumplir ese viejo sueño de jugar un Grand Slam.
A sus 27 años de edad, no está tan lejos de ese anhelo. Se ubica en el puesto 126 del ranking mundial de la modalidad de dobles de la Asociación de Tenis Femenino (WTA por sus siglas en inglés).
La mella, como es conocida desde que empezó a recorrer las canchas locales junto a su hermana melliza Paula Andrea Pérez, quien ya colgó la raqueta, ganó el 5 de marzo pasado el WTA 250 de Monterrey, México, junto a la cucuteña Yuliana Lizarazo. Las dos se han entendido de buena forma y han escalado posiciones en el escalafón ecuménico, pero aún les falta un empujón económico mayor que les permita asistir a más competencias y ganarse el derecho a llegar a un Grand Slam.
Mientras llegan los anhelados e imprescindibles patrocinadores que impulsarán su container de sueños, María Paulina participará en el WTA 125 Barranquilla Open, que comienza hoy, desde las 2 p.m., en el Parque de Raquetas, con la disputa del ‘qualy’.
La tenista currambera competirá ante su gente en dobles y en sencillos, donde ocupa el puesto 823 en la clasificación orbital.
Quiere seguir sumando puntos como doblista, y tratar de retomar exitosamente los desafíos individuales, algo que jamás ha experimentado en un torneo de este nivel.
EL HERALDO habló con la mella sobre esta oportunidad, que se le dio a través de una carta de invitación de Jhan Fontalvo, director del torneo más importante en la historia del deporte blanco en Barranquilla, y de otros temas de su carrera.
¿Qué significa para usted jugar por primera vez individualmente un torneo de esta categoría y en su propia casa?
Estoy bastante contenta y a la expectativa. Voy a jugar en casa, con toda mi gente. Voy a disfrutarlo y darlo todo en la cancha.
¿Es positivo jugar en su tierra o le genera más presión?
Las dos cosas. ¿Para qué vamos a decir mentiras? Es presión porque está toda tu gente mirándote y, obviamente, todo el mundo quiere que te vaya bien. Lógicamente a uno como deportista le entran los nervios y la cosa, pero al final también es como un empuje y unas ganitas porque vas a tener a toda tu gente animándote y dándote la fuerza. Hay que tratar de equilibrar esas dos situaciones y procurar que sea todo positivo, entrar a la cancha a jugar, que es lo que hay que hacer.
Sus mejores resultados profesionales han sido en dobles, pero usted 'mantiene la esperanza de que pueda destacarse también en sencillos', según palabras de Jhan Fontalvo, director del ATP 125 Barranquilla Open…
Sí, la verdad es que me ha ido muy bien en dobles. Le escribí a Jhan como hace una semana y le dije: ‘mira, Jhan, yo sé que me ha ido súper bien en dobles, pero mi sueño siempre ha sido, y por lo cual empecé a jugar tenis, la modalidad de sencillos, y no la quiero abandonar, quisiera que me pudieras dar la oportunidad de poder jugarlo en casa’. Gracias a Dios me dio esta oportunidad. Me la vengo a disfrutar. Espero estar en en la cancha y seguir soñando que en sencillos también puedo lograr cosas. Voy a jugar ambas modalidades y eso me tiene contenta. En dobles todo me está saliendo súper bien. Espero encontrarme en sencillos.
¿Va con Yuliana Lizarazo?
Sí, con Yuliana, con quién gané en Monterrey (México).
¿Cómo ha sido la compenetración con Yuliana?
La verdad, muy bien, venimos jugando desde el año pasado. Creo que los resultados hablan solos. Hemos tenido una buena complicidad tanto dentro como fuera del campo. Creo que eso se nota, hay que llevarse muy bien fuera de la cancha para tener buenos resultados. La verdad nos complementamos bien.
Se viene perfilando usted como una influencer en redes sociales, monta muchos bailes con su hermana melliza (la ex tenista Paula Andrea Pérez) y genera contenidos buscando seguidores…
Sí, la verdad me gusta mucho el baile, incluso antes de jugar tenis era bailarina. Siempre le digo a ella: ‘Mara’ no sé qué montar, ayúdame’. Ella es la que me escoge los bailes y me ayuda. Trato de combinar las dos cosas que me gustan, el baile y el tenis. Estoy estudiando también, por cierto.
¿Qué está estudiando?
Administración de empresas. Ya estoy en séptimo semestre de forma virtual, en la Universidad Autónoma del Caribe.
¿La han seguido buscando las universidades de Estados Unidos para becarla por jugar tenis en sus equipos?
Sí, todavía. Y yo digo: ‘así de vieja y todavía me llaman. No estoy vieja, aclaro (risas). La verdad es que me siguen buscando y ofreciendo becas completas. Incluso, si ahora termino de estudiar acá, me ofrecen masters y otro tipo de estudios de postgrado allá. No puedo perder la oportunidad. Yo sigo mirándolo como que en unos añitos más sí acepto, pero ahora no.
Está centrada en el tenis profesional…
Ciento por ciento, siempre ha sido mi prioridad. Por eso también decidí estudiar administración de empresas de forma virtual.
¿El financiamiento de su carrera tenística va por cuenta de la empresa privada? ¿Es más fácil conseguir patrocinios o todo se hace con las uñas?
Con las uñas es que se está trabajando. En este momento no tengo nada ni nadie que me esté apoyando. Me fue muy bien en Monterrey y con esa carta vine a buscar patrocinios y la verdad es que no he encontrado nada, es demasiado difícil. Estoy a punto de entrar a los Grand Slam, pero tampoco tengo los recursos para poder hacerlo y jugar los torneos que debería jugar para acceder a los Grand Salam. El apoyo siempre se necesita, lo seguiré buscando, no lo tengo en este momento.
¿Actualmente se autosostiene como deportista con las bolsas que se gana en los torneos?
Con eso mismo, y aparte juego torneos Interclubes en Europa en los que me paga un club por jugar. Digamos que fui, trabajé, gané plata y con eso ahorita estoy sobreviviendo y viviendo estos torneos. Mi sueño siempre ha sido jugar un Grand Slam. Estuve a punto de entrar al US Open en dobles, no pude hacerlo por los torneos que no he podido jugar, pero le estoy apuntando a jugar el Abierto de Australia.