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La huella de aquel sueño sobre ruedas que hoy día acompaña a Cristian Ortega llegó de repente y sin asomo. Lo cierto es que el joven de 23 años, campeón nacional y medallista de oro del keirin en ciclismo, no siempre fue un apasionado de las bicicletas y las pistas hasta que las conoció. Y, entonces, no hubo carrera de retorno.