La selección Colombia está bien. En realidad, muy bien. En la Copa América ha sumado seis puntos de seis disputados. Las victorias ante Paraguay y Costa Rica le aseguraron el pase a cuartos de final. Ahora, el partido ante Brasil, que se jugará en la noche de este martes, definirá qué combinado nacional se queda con el primer lugar del grupo D.
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La posición en que termine cada selección clasificada para el camino al título del certamen continental. El primero de grupo se enfrentará al segundo del grupo C, que es Panamá, mientras que el segundo de la llave se verá las caras con Uruguay, que terminó como líder del grupo C.
A simple vista, se sabe que los uruguayos, con el peso de 15 títulos de Copa América, y actualmente en el segundo puesto de las eliminatorias sudamericanas al Mundial 2026, es la más fuerte. Sin embargo, es importante analizar a profundidad la selección, como a la de Panamá.
Uruguay siempre ha sido un desafío para Colombia. Actualmente tienen jugadores como Federico Valverde, además del siempre peligroso Luis Suárez. En las eliminatorias al Mundial 2022, Uruguay ganó un enfrentamiento ante los colombianos y empataron el otro.
La principal fortaleza de Uruguay, que es dirigida por Marcelo Bielsa, reside en su experiencia y solidez defensiva. Como debilidad podría afectarle la edad de algunos de sus jugadores, que sería clave, especialmente en torneos largos.
Mientras tanto, Colombia cuenta con una mezcla de juventud y experiencia, con jugadores como James Rodríguez y Luis Díaz liderando el ataque. La clave para Colombia será aprovechar la velocidad y la habilidad en el contragolpe.
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La IA, por su parte, señala que Panamá, aunque no tiene la misma historia de éxito de Uruguay, ha mostrado un crecimiento significativo en los últimos años, clasificándose para la Copa del Mundo de 2018.
Los encuentros entre Colombia y Panamá han sido menos frecuentes, pero generalmente han resultado favorables para Colombia. En su último enfrentamiento en 2019, Colombia ganó cómodamente 3-0 en un amistoso.
La fortaleza panameña reside en un juego colectivo sólido y una defensa organizada. Sin embargo, su falta de experiencia en partidos de alta presión en torneos grandes puede ser una debilidad.