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Por:  Rafael Castillo Vizcaíno

No es una revancha. Néstor Lorenzo tiene razón. El verdadero desquite por la final que se perdió en la pasada Copa América debe ser en una instancia similar, arrebatándoles un título o sacándolos de un Mundial. El partido que la selección Colombia disputará ante Argentina, este martes, a partir de las 3:30 p.m., en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, no tiene un trofeo en juego, no elimina ni clasifica a nadie a la cita ecuménica de 2026, pero, eso sí, hay que ganarlo.

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Son tres puntos vitales para acercarse más hacia la meta de sellar el tiquete a Estados Unidos, Canadá y México, sedes del próximo desafío mundialista. Además, la casa hay que hacerla respetar. Ya son 31 años que no se le gana a ‘la Albiceleste’ en Barranquilla. Tres derrotas y dos empates es lo único que el combinado patrio ha conseguido en el ‘Metro’ desde aquel 15 de agosto de 1993 cuando ‘la Amarilla’ salió airosa ante los gauchos, con goles de Iván Valenciano y ‘el Tren’ Valencia.

Ya es hora de volver a saborear las mieles del triunfo ante los actuales bicampeones de América y monarcas del mundo. Los nuestros estuvieron muy cerca de destronarlos en el reciente torneo continental, pequeños detalles y la efectividad de Lautaro Martínez, marcaron la diferencia en un duelo parejo al que Lionel Scaloni y sus dirigidos llegaron con más días de descanso y con menos trajín en los vuelos.  

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En esta ocasión, de nuevo (qué casualidad), jugarán con un día  más de descanso que los nuestros. Los argentinos se midieron el jueves a Chile en Buenos Aires (ganaron 3-0), mientras los colombianos encararon a Perú el viernes en Lima (empate 1-1).

La diferencia es que esta vez tendrán que enfrentar al buen seleccionado nacional y a una caldera infernal llamada estadio Metropolitano. Se las verán con la magia de James Rodríguez y las incansables gambetas de Luis Díaz, pero también con el calor asfixiante y la humedad insoportable de ‘la Arenosa’.

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Unos 32 grados de temperatura y una sensación térmica de 45, aunque hay 60% de probabilidades de lluvia, según los pronósticos del Ideam, esperan a los chicos de Scaloni, quien se quejó sin sonrojos del horario del juego, a pesar de que sus pupilos llegan con 24 horas más de descanso y a pesar de todas las ventajas de las cuales gozó su conjunto en la Copa América.

En medio de ese factor climático, la presión y el aliento de la afición que agotó la boletería desde el primer día que se puso a la venta. No se llenará el coloso del barrio Ciudadela porque las tribunas bajas de sur y norte estarán clausuradas por una sanción de la Fifa por mal comportamiento del público en anteriores cotejos, pero seguramente los hinchas tricolores se harán sentir.

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Pero más allá del sol y la afición, la fortaleza de Colombia es su fútbol, talento, su magia, su garra, su carácter (hoy hay que mostrarlo firmemente). Hay cualidades magia de sobra para creer y sonreír esta tarde.